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Los mandatarios federal y estatal, Enrique Peña Nieto y Rafael Moreno Valle, hablaron de derechos humanos, del respeto irrestricto a las garantías individuales, de los derechos humanos como eje central de sus gobiernos. Sí, suena a una broma pesada o a un acto de descaro total.
Durante su gira por Puebla, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que su gobierno gira en torno a los derechos humanos, y detrás de sus palabras, 43 fantasmas de normalistas desaparecidos, acribillados, ejecutados, y tal vez calcinados y enterrados en distintas fosas en Iguala. Pero él, respeta los derechos humanos.
El gobernador poblano se sumó al discurso, alabó el trabajo de los activistas en el marco del 12 Encuentro Iberoamericano de la Sociedad Civil, y en el fondo, el fantasma del niño de 13 años José Luis Tehuatlie muerto en manos de sus policías estatales el 9 de julio.
Con sus fantasmas a cuestas y como el mundo estuviera ciego o loco, los mandatarios hablaron de los derechos humanos. Sólo faltó que felicitaran al gobernador guerrerense Ángel Aguirre por mantener la paz en ese estado.
Qué burla.