Wednesday, 01 de May de 2024

Dios en el Poder

Martes, 28 Abril 2015 01:50
Selene Rios Andraca

La nueva guerra contra Lydia Cacho

Por :
  • Imprimir
  • Email

Columnas Anteriores

Quizá ustedes queridos lectores crean que en Puebla los periodistas vivimos aterrorizados, espantados, correteados y vilipendiados por los arranques del señor Gobernador Rafael Moreno Valle con prácticas harto choteadas y aburridas: amenazas, denuncias millonarias, recorte de contratos, aislamiento y cárcel.

Bah. Muy anquilosado el estilo morenovallista para combatir a su prensa. Y no crean que ando dándole ideas a Moreno Valle, porque ni Dios lo quiera, ya de por sí, es un suplicio mirarlo todos los días y cubrirle todas sus ocurrencias, como para que encima de todo se nos ponga creativo el chamaco.

Si bien Lydia Cacho ya tiene mucha experiencia en las venganzas gubernamentales y lleva casi 10 años buscando justicia por el ataque del célebre Mario Marín Torres, hoy su principal detractor, Roberto Borge Angulo, se puso bastante creativo para contrarrestar las críticas y las investigaciones de la periodista en Quintana Roo.  

—Y no, son consejos Rafael, eh—.

Desde hace unas semanas inició una nueva guerra en su contra, muy poco profesional y bastante chistosa, pero guerra al fin de cuentas y que tiene de todo: collares de conchitas, trenzas playeras, prostitución, homofobia, difamación e intimidades ficticias.

Los panfleteros que encabezan la guerra contra Lydia Cacho con el patrocinio del mandatario de Quintana Roo son los inigualables e intachables: Virginia Betanzos, Isabel Arvide, Antonio Callejo, Víctor Flores y Millán.

Wow.

Todos han publicado o difundido un arsenal terrorista para demostrarle al mundo la “verdá” detrás de la multi premiada y reconocida periodista mexicana. (Si le da click ahí y se le queman los ojos de tanta barbarie, es su responsabilidad).


La guerra comenzó, ni más ni menos, que con una información harto importante para todos aquellos que conocen el trabajo de Cacho en el tema de mujeres y de trata de blancas: la lista de sus amantes.


Oh Lord!    

Los comandantes de la guerra publicaron una lista con las supuestas parejas de Lydia Cacho, con la salvedad, de que los espías eficaces olvidaron incluir a quien fuera su esposo por 13 años.

#Zas

La ex diputada federal priista Virginia Betanzos Moreno planea publicar un libro en contra de la autora de Los Demonios del Edén con el objetivo, según sus propias palabras, de desenmascararla y evidenciarla como una desgracia para el periodismo, para Quintana Roo, para Roberto Borge y para toda la humanidad por el simple hecho de existir y respirar —Aunque ella misma aclara que ni es periodista ni escritora ni nada por el estilo—.

Virginia Betanzos —amiga íntima del gobernador quintanarroense— reveló en algunos de los libelos que circulan en las acaloradas ciudades mayas el secreto mejor guardado de Lydia Cacho en toda la historia: su vida antes del periodismo.

Muajajá. Muajajá.

Según la priista —que se presenta como “activista”— Lydia Cacho antes de dedicarse a la reporteada, solía vender collares y hacer trenzas en la playa.

¡Trenzas en la playa!

¡Collares de conchitas!

Qué barbaridad.

Y claro, de alguna manera la ex diputada cree que eso es “denigrante” o “vergonzoso”.

Dice Virigina Betanzos que en el momento en que Lydia se cansó de hacer trenzas y se gastó las uñas en acomodar las conchitas para los collares, se fue por el camino fácil y en sus andadas encontró a unos hombres letrados que le hicieron el favor de escribirle sus libros para hacerla famosa.

Miau.

Claro, porque eso pasa todos los días.

**

Hace unos días la guerra contra Cacho tocó fondo y los esbirros de Roberto Borge publicaron en Radar Informativo Quintana Roo otra revelación trascendente para su trayectoria y credibilidad periodística: ¡salió del clóset!

Y sin más en Polémica, una revista de aquellos lares paradisiacos, los soldados del gobernador publicaron la lista de “Mujeres que frenan y ofenden a Quintana Roo”.

Evidentemente, la protagonista del artículo firmado por un tal Staff, es ni más ni menos que la autora de best sellers.

Ufff.

**

Año con año, los gobernadores mexicanos encuentran nuevas formas para vengarse de sus críticos. Los más anquilosados apuestan por las medidas clásicas como el encarcelamiento, la amenaza y la persecución. Aquellos que le tiran a la modernidad recurren a la denigración pública y la expulsión de los espacios.

Los mirreyes en los estados, digo los virreyes tienen una cosa en común, todos, sin excepción son intolerantes a la crítica, sobre todo, a la prensa incómoda. —Excepto David Cienfuegos que estuvo como media hora en el gobierno guerrerense y Rogelio Ortega que nomás no se acomoda en Casa Guerrero cuando ya lo sacaron, y cuando ya lo volvieron a guardar en la investidura—.

Y hoy van por la ficción y la “degradación” para frenar las voces.

Para callar a Lydia Cacho hace falta más, mucho más, que una retahíla de sandeces, que una serie de panfletos, que un par de guaruras enardecidos y que un gobernador enardecido. Mucho, muchísimo más que eso. Y dificilmente, lo van a lograr.