El movimiento poblano por la Cuarta Transformación entregó el reconocimiento “Doña Rosario Ibarra de Piedra” a Andrea Lezama Bonilla por su lucha contra la violencia vicaria en el estado de Puebla.
El pasado 17 de abril Andrea Lezama recibió la guardia y custodia de su hijo menor, después de seis años y cinco meses que su ex pareja se lo arrebató.
La doctora Rosa Márquez hizo la entrega del reconocimiento a la madre poblana por su lucha incansable para exigir justicia contra la violencia vicaria.
Rosa Márquez dijo que el reconocimiento se tomó de Doña Rosario Ibarra de Piedra, que, tras sufrir la desaparición de su hijo, encabezó una lucha contra la injusticia.
Ella era ama de casa y ajena a la política en el país. Sin embargo, por amor a sus hijos, la familia y la sociedad encabezó todo un movimiento de lucha por la reivindicación de los derechos de las mujeres.
Por su parte, Andrea Lezama Bonilla contó que cuando le arrebatan un hijo a una madre, enfrenta a todo un sistema. Tristemente, en algunos casos, las ha orillado a quitarse la vida.
Señaló que la violencia vicaria comenzó a ser visible hace apenas dos años, pero esta problemática siempre ha existido.
La vida no será igual una vez que nuestros hijos e hijas no estén con nosotras, o incluso cuando ellos comienzan a decirnos que nos odian. Esta violencia comienza cuando se amenaza a la madre, pero también se da cuando queremos superarnos profesionalmente”.
“Una madre se enfrenta a todo un sistema”
Dijo que una madre se enfrenta a la falta de “tacto” de las autoridades quienes las responsabilizan de que les arrebaten sus hijos por parte de su pareja sentimental.
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Otro factor, es el dinero. Debido a que enfrentan todo un proceso legal y no tienen tiempo para continuar en sus trabajos. Por ello, son despedidas y con esto se les quita el recurso para seguir su defensa.
En ese sentido, enlistó que el agresor tiene toda una red de apoyo que van desde las escuelas, tiempo, familia. Así como dinero, nueva pareja, amigos, poder, abogados y autoridades.
Al respecto, la exvíctima contó que el proceso legal para recuperar a un hijo lleva varios años. Tiempo en que el menor es “persuadido” por la familia de la expareja para que tenga rechazo a la madre.
Con lo cual, existe lo que se llama “consecuencias de la violencia vicaria”. Que son la ruptura de vínculo entre madre e hijo, ansiedad, depresión, estrés postraumático e incluso suicidio.
Caso de Andrea Lezama
En su caso recordó que Ricardo N. se llevó a su menor de un año y diez meses a Baja California Sur.
En octubre de 2022 logró un hecho histórico para que vincularan a proceso a su agresor por violencia vicaria. Por lo que, actualmente goza de la patria potestad de su hijo.
Cabe destacar, que en el estado de Puebla están registrados siete mil casos de violencia vicaria.
Finalmente, señaló que Puebla se encuentra dentro de las 22 entidades donde existe la ley contra la violencia vicaria en todo el país.
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