La muerte del policía municipal de Chignahuapan, Juan Carlos Pérez Fernández, exhibió que su llegada a la corporación fue permitida por el ex alcalde Javier Tirado Saavedra a quien también se le señaló por su relación con huachicoleros como Juan L. “El Moco” y Óscar G., “El Loco Téllez”.
El ex alcalde de Javier Tirado se le criticó además por haber permitido la inseguridad durante su periodo de gobierno. Y también fue señalado por un desfalco histórico que representó un daño patrimonial de 200 millones de pesos para Chignahuapan.
El gobernador Miguel Barbosa Huerta exhibió que, desde la administración municipal de Javier Tirado Saavedra, el ex alcalde de Chignahuapan llegó como uniformado Juan Carlos Paredes, quien fue titular del área de Seguridad Pública con él.
A Paredes lo asesinaron el 4 de noviembre presuntamente por un grupo de huachicoleros. Quienes lo atacaron a él y a otra de sus compañeras en la comunidad de El Paredón, cuando ingresaron para la búsqueda de un auto con reporte de robo.
El presunto huachicolero Juan L., “El Moco”, incluso pensaba en ser presidente municipal de Chignahuapan.
Usualmente se le vio en campaña, repartiendo despensas por esta demarcación, como puede verse en publicaciones de redes sociales. Y en algunos medios regionales de la Sierra Norte, en donde se promovió.
“El Moco” incluso contaba con el apoyo del ex presidente municipal de Chignahuapan, Javier Tirado Saavedra, quien lo llevó a numerosos eventos de campaña.
El propio Javier Tirado lo llevó a un evento de campaña del gobernador Miguel Barbosa y lo presentó como parte de los empresarios que lo apoyaban. Incluso ambos posaron para fotografías juntos.
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Javier Tirado Saavedra usó el poder de huachicoleros en campaña
En Chignahuapan la relación entre Javier Tirado y personajes como Óscar G., “El Loco Téllez” y Juan L., alias “El Moco”, era un secreto a voces.
Sin embargo, “El Moco” buscaba meterse a la política en Puebla o Hidalgo. Donde mantenía conexiones con presidentes municipales y pagaba campañas apoyado por su socio “El Loco Téllez”.
Ambos eran de los líderes más fuertes en la industria ilícita del huachicol en Puebla hasta el 2020, año en que se detuvo a ambos personajes.
“El Loco Téllez”, inicialmente fundó un grupo en la zona de San Martín Texmelucan y creció en muy poco tiempo.
Originalmente inició actividades en 2012 y se detuvo en 2013 por robar a empresas gaseras. La Fiscalía General del Estado de Tlaxcala mantenía once denuncias en su contra.
“El Loco Téllez” estuvo en prisión de 2014 hasta el 2016, año en el que salió en libertad. Y después, ya conociendo el mercado negro del huachicol se afianzó en la zona de San Martín Texmelucan.
Por su parte, su socio “El Moco” se relaciona con grupos políticos de la zona de Chignahuapan, Puebla y Tulancingo, Hidalgo. Además de que contaba con la protección de varios personajes locales como el propio edil Javier Tirado Saavedra.
Esto le permitió utilizar varios municipios de la Sierra Norte de Puebla para abastecerse, trasladar y almacenar el hidrocarburo.
“El Moco”, llegó a ser socio de “El Loco Téllez”, y generaron una de las bandas delictivas de mayor alcance. Ya que llegaban a controlar las brechas de Puebla a Tlaxcala, Hidalgo y Estado de México.
Así como los huachicoleros, Juan Carlos Paredes llegó con Tirado Saavedra a Chignahuapan. Recientemente el gobernador Miguel Barbosa Huerta señaló que debe investigarse a fondo la manera en que Paredes fue ingresado al gobierno municipal y por qué se le mantuvo a pesar del cambio de gobierno.
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