Juan Carlos Paredes, el policía asesinado por un supuesto grupo de huachicoleros en Chignahuapan, llegó desde la administración de Javier Tirado Saavedra, ex presidente municipal.
Según informó el gobernador Miguel Barbosa Huerta, debe analizarse e investigarse cómo fue que este uniformado, acusado por el delito de homicidio, llegó al puesto y por qué se le mantuvo en el área operativa.
El mandatario poblano consideró que la inseguridad en Chignahuapan es corresponsabilidad de los tres niveles de gobierno. Pero que, definitivamente, los temas de proximidad son totalmente competencia de las Policías Municipales de los 217 municipios de Puebla.
El gobernador Miguel Barbosa insistió en que debe revisarse la responsabilidad sobre los servidores públicos que contratan o mantienen a delincuentes dentro de las filas municipales.
Debe de hacerse el análisis del caso. El policía llegó desde la administración anterior. (…) Se mantuvo a un delincuente acusado por homicidio calificado”, dijo el mandatario estatal en su rueda de prensa de esta mañana.
Así fue el asesinato del uniformado
Como PÁGINA NEGRA informó, dos policías municipales de Chignahuapan fueron asesinados en un enfrentamiento con delincuentes en la comunidad de El Paredón.
Los dos uniformados fueron identificados como Juan Carlos Pérez Fernández y Claudia Herrera Sosa.
Al respecto, el gobernador de Puebla confirmó que en el caso del policía asesinado en Chignahuapan sí existe una orden de aprehensión.
El uniformado continuaba vigente en Seguridad Pública de Chignahuapan. Pese a que contaba con un proceso abierto en su contra por el delito de homicidio.
Al respecto, ayer, el gobernador solicitó a los presidentes municipales mantener una revisión permanente de los uniformados que tengan a su cargo. Para evitar la contratación de perfiles que tengan este tipo de antecedentes.
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Como PÁGINA NEGRA informó, Juan Carlos Paredes y una segunda oficial, Claudia Herrera Sosa fueron asesinados en el enfrentamiento del 4 de noviembre.
Alrededor de las cuatro de la tarde del 4 de noviembre, policías municipales recibieron el reporte sobre el robo de un vehículo.
El cual se localizaba en la junta auxiliar El Paredón, en los límites de Puebla con Hidalgo, una zona identificada como altamente peligrosa.
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