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El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta pidió a los ayuntamientos que refuercen las medidas de seguridad en los panteones para evitar exhumaciones ilegales como sucedió con Tadeo, el bebé que desenterraron de un panteón en Iztapalapa para después ingresarlo al penal de San Miguel en la capital poblana.

En conferencia de prensa, dijo que no hay denuncias sobre el comercio o extracción de restos humanos de las tumbas en Puebla. No obstante, aclaró que les corresponde a los gobiernos municipales garantizar la seguridad de los restos humanos.

Instruyó a la titular de la Secretaría de Gobernación, Ana Lucia Hill Mayoral a girar el oficio para solicitar a los ediles que se refuerce la seguridad en los panteones.

Instituyo a la Secretaría de Gobernación que envió un comunicado del gobierno del estado para reforzar las medidas de seguridad en los panteones y sobre garantizar que los restos de nuestros difuntos tengan el descanso eterno”.

Barbosa reveló que la administración estatal tiene solo un panteón a su cargo y se encuentra en la búsqueda de un terreno para construir uno más.

Sobre Tadeo, el gobernador descartó que el cuerpo se haya usado para prácticas esotéricas o para introducir droga. Y declaró que se utilizó para desestabilizar e influir en la administración del penal de San Miguel.

No se ha encontrado ninguna motivación que tenga que ver con introducción de drogas en el cuerpo del menor ni otra motivación como prácticas esotéricas”.

El pasado 3 de febrero, la Fiscalía General del Estado informó que inició acciones legales en contra de cinco personas más por el caso del bebé localizado sin vida el 10 de enero dentro del penal de San Miguel. Entre estas personas se encuentra una mujer que visitaba constantemente el centro penitenciario, una mujer custodia, un custodio y dos internos.

De acuerdo con la versión difundida por la FGE, el caso del bebé Tadeo ocurrió cuando fue llevado por una mujer identificada como Nadia Carolina N., quien constantemente visitaba al interno Antonio N.; este interno junto con otra persona privada de la libertad en el penal, Sergio N., estarían detrás del ingreso del bebé.

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