La duquesa Amanda

Y nos quejábamos de mi amigo, Paco Romero Serrrano y Amanda resultó peor.

Como dice mi abuelita “Más vale malo conocido qué nuevo por conocer”…. Bueno como vaya el dicho, ustedes me entendieron. Además, tengo el síndrome del Chapulín Colorado.

En fin. Nuevamente me llegó a mi correo información de Amanda Gómez, la titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE). Me cuentan que ya trae toda una célula de escoltas que la siguen a todos lados.

Vaya, ni el gobernador Sergio Salomón llega a tanto. Es más, la humildad es algo que siempre lo ha caracterizado. Tanto que a veces él mismo maneja su vehículo y de asistentes, pues ni hablamos y menos de escoltas.

Pero la Duquesa Amanda necesita todo un séquito para que hagan todo por ella. Casi, casi respirar, deglutir por ella y hasta cambiarla, vestirla como si estuviera en esas bonitas películas de época.

Esta célula de escoltas va con ella a todos lados y neta no los engaño cuando digo que a todos lados. Es más, tiene una dama de compañía que le carga la bolsa, la acompaña al baño.

Espera en la puerta, le pasa las toallas húmedas, le limpia el sudor de la frente, la maquilla, le cepilla los dientes, la peina, le vuelve a pasar las toallitas húmedas, le pone protector solar.

Y es la encargada de cuidar sus bolsas carísimas de Paris de marcas como Louis Voitton, Carolina Herrera, Gucci, Michael Kors. Y cuidadito si se llega a perder o dañar una, porque no se la acaba, se la cobra casi, casi con su vida.

Lo malo es que Amanda no desquita el sueldo que tiene, no la célula de escoltas ni las bolsas. Al menos con el trabajo no, porque sigue sin revisar las cuentas públicas, sin auditar, vaya sin hacer nada de lo que debería de hacer y para lo que le pagamos los poblanos.

Eso sí, la señora también salió bien para los negocios, pues me cuentan que sus amigos colaboradores ya andan haciendo de las suyas en los contratos de servicios y otros business.

Así que mejor que Francisco Romero Serrano, dudo que sea. Y lo peor es que sigue ocasionando un retraso en la revisión y aprobación de las cuentas públicas. Entonces me pregunto ¿Para qué le pagamos?

Ah sí, para que tenga a su dama de compañía, sus escoltas y sus bolsas caras. Ojalá que el gobernador Sergio Salomón observe todo lo que ocurre en la ASE.

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