Se nos atravesó el Puente de Día de Muertos y parece que el Diablo se desató en Puebla. Sí, en este Puebla donde no pasa nada, y donde los alcaldes de partidos de oposición operan para Morena como el caso del teziuteco, Carlos Peredo Grau.
Les juro. Lo veo y no lo creo. Y miren que Claudia Sheinbaum me cae re bien, es más, hago votos para que sea la próxima presidenta de México. La primera en la historia de nuestro país.
Pero imaginen que estos mismos votos no solo los harán, se los darán los alcaldes poblanos del PAN, del PRI, del PRD, de Nueva Alianza. Y el problema es que nadie les dice nada, ni sus partidos se inmutaron luego de que estuvieron en una “plática” de Claudia Sheinbaum.
Hay cosas que de plano no se pueden dejar pasar. Hasta como ciudadano indignan y es precisamente esa simulación, el cinismo y las ganas de insultar nuestra inteligencia.
Pero estos alcaldes que se supone deben hacer un buen gobierno para posicionar a sus respectivos partidos políticos, trabajan para Morena, operan para Morena y hasta desvían recursos para Morena. Porque fueron ellos los que atiborraron el Centro Expositor para presumir la efectividad de la aplanadora.
Así como ellos hicieron la operación y movilización de la gente para la consulta popular de la revocación del mandato, así como movilizaron a los poblanos para la designación de los consejeros estatales, ahora movieron a la gente para llenar el evento de Sheinbaum.
E insisto para alguien convencido como yo, del proyecto de la jefa de Gobierno de la CDMX, fue muy bonito ver todo lleno. Pero para priistas, panistas, perredistas y detractores de la doctora ¿Qué pensarán de que alcaldes de oposición le hagan la chamba?
Además, hay un evidente desvío de recursos, y lo peor es que ni siquiera es dinero para sus partidos políticos, sino para el que en teoría tienen que mermar. En fin, así la hipocresía de la política.
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