El mal es siempre mediocre y humano. Y comparte nuestra cama… y come en nuestra mesa, W. H. Auden
Imelda Hernández Reyes nació el día 13 de mayo de 1983. Es la tercera hija del matrimonio conformado por Dioscoro Hernández y Lilia Reyes. “Memito”, como de cariño su familia le llamaba.
Siempre fue alegre, cuidaba de su mamá quien está enferma del corazón, cantadora, risueña, todo el tiempo lograba sacar una sonrisa a las personas, por supuesto esa fuerza se la imprimía a su mamá.
A Imelda la describe su familia como buena confidente, leal, honesta, bien cariñosa, también, como todos, enojona, berrinchuda y necia.
Tenía un enorme corazón, donde le cabía tanto amor para sus hermanos. Por mi mamá se desvivía, por querer darle todo lo que podía. Recuerdo sus risas, sus pláticas que podíamos tener por horas, comenta Roxi.
Imelda amaba comer el pozole que su mamá le preparaba. Era una mamá muy cariñosa con sus hijos. Su hermana comenta que hasta sobre protectora. Sus hermanos bromeaban con ella y se enojaba y decía: “Niños, ya vámonos”. “Es la frase con la que la recordamos y reímos”.
Imelda trabajaba en el municipio de Naucalpan de Juárez, Estado de México. Fue en ese lugar donde conoció a Alejandro, con quién sostuvo una relación sentimental por 4 meses, tiempo en el cual se ganó su confianza.
El día 15 de diciembre del año 2017 tomó la decisión de hacer una vida con él y le hizo saber a su mamá que se iría a vivir con Alejandro en la Alcaldía de Tláhuac, en la Ciudad de México.
Con el tiempo su familia notó cambios en ella. Cada día se comunicaba menos con ellos, se ausentaba de su trabajo. Si llegaba a llamar por teléfono debía usar el altavoz porque Alejandro se lo exigía.
Cuando llegaba a salir el sujeto le demandaba que le enviara su ubicación en tiempo real y fotos del lugar dónde se encontraba. Estas y otras señales así como actos violentos preocuparon a su familia, tanto que su hermano habló con él manifestándole sus miedos.
En una ocasión cuando Alejandro se encontraba alcoholizado, el hermano de Imelda presenció que agredía e insultaba, hecho que causó molestia y una respuesta agresiva por parte de Alejandro .
La situación de Imelda se fue agravando, el control que ejercía Alejandro en ella era tanto que ya casi no hablaba del tema para no preocupar a su familia.
En la madrugada del 16 de junio de 2018, la hija de Alejandro se comunicó con el hermano de Imelda para hacerle saber que su hermana y su papá habían discutido y que Imelda se había suicidado, colgándose de una ventana.
Roxana, la hermana de Imelda me contactó el 29 de agosto de 2018 por medio de mi cuenta de Facebook. Me relató su situación y además solicitó nuestro apoyo y acompañamiento debido a que las autoridades de la Ciudad de México estaban catalogando el crimen como un suicidio.
Desde ese momento acompañamos el caso, buscamos apoyo con peritos que lamentablemente no pudieron apoyarnos. La familia estaba completamente segura que Imelda sería incapaz de quitarse la vida.
Empezamos las reuniones con la Fiscal, Ernestina Godoy Flores, para pedir su apoyo en este tema como en muchos otros. Fueron años de lucha constante, de desanimo de sus padres.
Con la partida de su hija Imelda, la enfermedad de Lilia se agudizó, sin embargo, está no era un obstáculo para acompañarnos en la primera marcha del #3N #DíaDeMuertas. Aunque tuvo una recaída por su marcapasos se recuperó y continúo un rato más gritando por justicia por su hija. Posterior a ello le sugerimos que ya no saliera, su desesperanza era tal que dejó de acudir a las reuniones con la Fiscal.
Dioscoro el padre de Imelda, en un momento también me dijo que ya estaba cansado de oír lo mismo, pero ahí seguía al pie del cañón.
Roxana desde ese primer día que me contactó no se alejó del caso de su hermana. Tenía claro que Imelda no se habría lastimado porque días antes de su feminicidio le hizo saber a Rox que ya iba a dejar a Alejandro porque recibía mucha violencia y ya no estaba dispuesta a soportarlo.
En una de las últimas reuniones presenciales con la maestra Ernestina nos dieron la noticia de que ya habían logrado que se reclasificara como homicidio pero aún nos faltaba trabajo.
Fueron casi dos años más de ardua labor de la Fiscalía, la paciencia de la familia y la constante solicitud de información que como Voces de la Ausencia manteníamos, reunión tras reunión, para lograr reclasificarlo como feminicidio y que por fin se generara la orden de aprehensión.
El 4 de abril de 2022, cuando nos encontrábamos en reunión de seguimiento vía digital, la Maestra Sayuri Herrera, titular de la Unidad Especializada de Feminicidios de la CDMX, informó con profunda alegría que ya le habían ejecutado la orden de aprehensión a Alejandro como presunto responsable del feminicidio de Imelda.
El 7 de abril, Alejandro fue vinculado a proceso. Una vez más tuvimos que contenernos de escribir la historia de Imelda, pedir a la familia tuviera paciencia y no perdiera la fe. Que daríamos con la verdad fuera cual fuera. Aún nos falta todo el proceso de juicio, sin embargo, la familia de Imelda está dispuesta a no permitir que “Memito” se quede sin justicia.
Como siempre lo hemos dicho esté espacio es para quienes hoy se han convertido en las voces de la Ausencia, aquí unas líneas escritas por la hermana de “Memito”.
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio, son con autorización y acompañamiento de las víctimas. Porque solo somos la extensión de su grito de justicia.
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