Por conflicto de intereses, Víctor Hugo Aguilar Hernández, el primero en la línea para suceder al auditor Superior del Estado, Francisco Romero Serrano, declinó al cargo. Bueno, digamos que lo declinaron.

Este día, Aguilar Hernández sostuvo una reunión privada con algunos de los diputados más importantes del Congreso local.

El caso es que plantearon la situación, dado que el reglamento de la ASE lo señala a él como sucesor.

El problema fue que Víctor Hugo Aguilar ostentaba, antes de su cargo, un despacho de auditoría externa, por lo que de aceptar el cargo de Auditor podría, más bien, caería en un claro conflicto de intereses.

Como están las cosas no opuso resistencia.

Sin más, firmó esta misma tarde el documento de su desistimiento como sustituto de Francisco Romero Serrano.

Entonces, tal como lo marca la ley, será llamado el siguiente en la línea, Rubén de la Fuente Vélez, un hombre de muy bajo perfil que ostenta el cargo de auditor especial de Evaluación de Desempeño.

Es licenciado en derecho por la BUAP y, según los legisladores, el que menos vínculos tiene con Francisco Romero Serrano.

Según me dicen mis fuentes, él sí es el bueno. Tendrá que ser porque el siguiente en la lista, José Jorge Monges Aguilar, ni título profesional tiene. O sea, es carrera trunca.

Se espera que el dictamen, construido por la Junta de Gobierno se avalado mañana mismo por la Comisión Inspectora.

Así, el jueves 17 de febrero ejecutarán la suspensión del auditor, Francisco Romero Serrano. Se los dije en una columna anterior, no se necesita del voto de los legisladores, solo tienen que acatar la orden del juez y ya.

La estrategia en adelante es más sencilla, cuando pase un mes de la ausencia temporal del Auditor, el Congreso considerará que es necesario tomarla como definitiva, dados los tiempos naturales de un proceso penal.

Y es que, seguramente, la denuncia en contra del auditor por violencia familiar no se resolverá en pocos meses, menos por los amparos que él mismo ha interpuesto.

La medida cautelar dice que tiene que estar fuera de su cargo mientras se lleva a cabo el proceso, así que después de cuatro semanas, el Congreso tendrá argumentos.

Con ello, tal como lo marca la ley, se solicitará el nombramiento de un nuevo titular de la ASE.  Y asunto terminado.

Eso sí, el nuevo editor esta vez estará súper vigilado, gracias a que a la par de este proceso, se está integrando la Comisión de Vigilancia con facultades para destituir, por faltas graves, a cualquiera en el cargo.

Así planean que este “incidente” nunca más se repita.