No se vaya Señor Presidente… porque aún le quedan muchas cosas por cumplir, el precio de la gasolina, por ejemplo, sigue estando hasta las nubes (pese a ser como usted dice una incongruencia siendo un país productor de petróleo y tras las inversiones que se han hecho por parte de su gobierno en este rubro), lo mismo ocurre para el caso de gas y luz, no se vaya Señor Presidente hasta cumplir estas promesas de reducir los costos para los ciudadanos.
Reconozco que hay avances en muchas áreas porque no todo es malo, pero hay temas que se manejaron como promesas de campaña y si éstas no se cumplen, lo demás logrado no equipara en valor a las que por incumplimiento nos han defraudado.
Después de AMLO, la fórmula de la figura mesiánica se convierte en un cartucho quemado más en la búsqueda del cambio que por sexenios hemos estado esperando y que una vez más se queda tan sólo en el intento.
Hoy esto nos debe llevar a una reflexión profunda sobre la forma en la que la política se debe trabajar en nuestro país y la manera en la que debemos participar.
Ningún presidente (porque a AMLO pasa a ser también parte de esta estadística de fracaso salvo que un milagro ocurra en las próximas semanas) ha logrado transformar al país en un sexenio, debemos empezar a entender esto, para lograr el cambio que el país necesita se requiere de un proceso de muchos años, continuidad, ante todo.
Tenemos la característica de destruir una y otra vez cuando viene un cambio de administración, esta fórmula no funciona, tan sólo miremos el tiempo máximo que la ley permite para el caso de un presidente, 6 años son insuficientes (y con ello no apoyo a la reelección porque tampoco es la solución que el titular se mantenga como garantía del cambio), se deben mirar y construir proyectos, no fiarnos de personas como la solución para alcanzar este cambio.
Seguimos creyendo que cada figura que llega a la presidencia será “el bueno” y la decepción al llegar al último informe de gobierno es la misma, imagínese amigo lector que hubiera una ley que penalizara a los funcionarios por no cumplir en 6 años sus promesas de campaña, tal cual se hace en el marketing cuando se denuncia a una marca por hacer publicidad engañosa y el producto no cumplir lo que promete.
Sin excusas el funcionario tendría la obligación de resolver el problema, al menos se irían con más vergüenza, pero lo cierto es que la transformación requiere procesos a corto y mediano plazo y que incluso en la alternancia del poder (porque Morena no puede permanecer para siempre si se dice que es democracia), los partidos trabajan en equipo para dar continuidad a los proyectos que se centren en la transformación del país y nuestro crecimiento a nivel mundial.
No se vaya Señor Presidente sin entender esto, sin aprenderlo y confiarlo a su sucesora, rompamos la tradición de citar en el último informe o en el cambio de administración, un éxito que no se logró, y no somos la prensa grillera quien lo dice, es su versión de campaña quien confronta a su versión de presidente, son sus promesas cumplidas (con o sin pretextos) las que marcan el éxito de su administración.
Así que en estas semanas que quedan, no se vaya Señor Presidente sin cumplir lo que juró haría al lograr la Presidencia (aún le queda poco así que no se rinda que según usted lo iba a lograr)
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