El diputado local Roberto Solís Valle se hace llamar “el gestor del Pueblo”.

Pero realmente se dedica a hacer caravana con sombrero ajeno.

¿Sabrá el gobernador Miguel Barbosa Huerta que los apoyos que él destinó para el distrito VIII son presumidos por “el gestor del Pueblo”?

Porque para eso es bien bueno, para presumir lo ajeno.

Para colgarse de otros que sí trabajan. Como la exdiputada local Vianey García Romero, actual titular de la Subsecretaría de Transversalidad de la Secretaría de Igualdad Sustantiva (SIS).

De todos es bien sabido que ambos ya no son pareja, pero hasta eso usa Roberto Solís. Los contactos y conexiones que ha hecho Vianey en toda su carrera como política.

Es más, recientemente la exdiputada local notó que aquellos despistados que aún la ligan con Solís le hacían llegar invitaciones todavía a través de él.

Solo así se llegaba a enterar de los eventos Roberto Solís, porque lo tomaban en cuenta por Vianey.

Con esos conectes, el autonombrado “gestor del pueblo” se siente ajonjolí de todos los moles.

Se sienta en todas las mesas políticas que puede no importando los colores y partidos.

Lo mismo se le ve en los eventos e informes de alcaldes panistas del distrito VIII que en fiestas de perredistas.

Así se le vio en el cumpleaños de Carlos Martínez Amador, el líder estatal del PRD, buscando reflector para salir en la foto.

Por cierto, el invitado principal del evento no fue el perredista cumpleañero si no el propio alcalde Eduardo Rivera Pérez.

Parece que Roberto Solís lo que busca es estar con Dios y con el Diablo.

Así presume las fotos de todo lugar que pisa. Así sea en este tipo de eventos donde eminentemente se placean personajes del PRI, PAN y PRD como en la marcha de ayer encabezada por el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

Quizá el gobernador sabe bien qué personaje es este señor Roberto Solís…

Tan bien lo sabe que hace meses no lo recibe en su oficina de Casa Aguayo.

Por algo, el gobernador Barbosa es el hombre mejor informado del estado.