¿Quién ronda en la Secretaría de Cultura?

Edmundo Velázquez

Alguien dígale a Sergio Vergara Berdejo que ya me lo andan grillando en la Secretaría de Cultura.

Así es… Y eso que Sergio Vergara había puesto mucho pero mucho empeño en el tema de la investigación de las piezas faltantes entre los museos del estado.

Encargo hecho directamente por el gobernador Miguel Barbosa que después estalló en una de sus ruedas de prensa. Una muy polémica, donde vino la letanía de faltantes, saqueos y demás de todos los recintos culturales de Puebla en tiempos del Morenovallismo.

Bueno y, desde entonces, todos pensábamos que Vergara se la pasaba de manera muy cachetona en el gobierno de Puebla.

Otros tantos me lo mal miraban porque en sustancia no había hecho más que eso, la Santa Inquisición de las piezas perdidas de los museos y paren de contar.

Que no había movido un dedo más y pues tal era la situación que cuándo lo hemos visto presumiendo algún evento encabezado al cien por ciento por la Secretaría de Cultura.

Porque pues la pandemia ya permite hacer eventos públicos pero él nomás aparece para el brindis de honor.

Algo así le han de haber dicho al gobernador o no sé, pero empezó la grilla.

Tanto que un personaje de los días del pasado cercano reapareció en la escena.

¿Y quién es el que ronda ahí?

Pues Alejandro Montiel Bonilla…

¿Y quién es ese señor…?

Bueno pues nada más y nada menos que el ex secretario de Cultura en tiempos de Mario Marín Torres.

Vamos un poco más atrás. Por años, mientras Pedro Ángel Palou fue el titular de esta cartera a finales del sexenio de Melquiades Morales Flores y en una parte del gobierno de Mario Marín Torres tuvo como, no tan fiel, escudero a Montiel Bonilla.

Él fue su administrativo. Quien cuadraba las cuentas y le permitía brillar al secretario Palou, quien hasta la fecha es uno de los funcionarios más jóvenes en haber pasado por la Secretaría de Cultura del Estado.

Y Montiel mostraba su amor a la chamba, le echaba ganitas. Sabía para qué era bueno. Total, que Palou fue invitado a la UDLAP como rector en sustitución de Nora Lusting y la Secretaría de Cultura se quedó acéfala.

¿Qué ocurrió? Pues que el entonces gobernador –hoy huésped del penal de Cancún, Quintana Roo–, Mario Marín Torres dejó a Montiel y por fin pasó de segundón a ser el mero mero petatero.

La verdad Montiel sabía hacer su chamba. Le faltaba el encanto de Palou pero sacaba el trabajo.

Nomás recuerdo esa pifia que tuvo al decir que “la cultura también era para gente que suda y con mugre en las uñas” para justificar que Margarita La Diosa de la Cumbia –amiga personal del entonces “Gober Precioso”- abriría el Festival Internacional de Puebla donde usualmente se traía a Betsy Pecanins, Susana Harp o a Lila Downs.

(Por cierto, notaron que Fabián Valdivia, el titular de Cultura en el municipio no tuvo que ser soez ni clasista cuando anunció que Margarita La Diosa se la Cumbia encabezó el festejo del 491 Aniversario de la fundación de Puebla.)

Total que Montiel no tuvo mayor escándalo que eso y una serie de despidos injustificados. Decían que era un jefe implacable.

También algunos tropiezos con festivales se vieron sepultados o simplemente los fondos corrieron a otras zonas del país. Nada grave. ¿Verdad?

Pero con la salida de Marín del gobierno quiso ser un funcionario de la cúpula dorada del Morenovallismo. A Montiel no le funcionó el Morenovallismo, pero a Moreno Valle sí le funcionó Montiel.

¿Qué hizo? Pues el plan maestro de la desaparición de la Secretaría de Cultura por el que todo mundo le mentó la madre al difunto.


Recordemos que la idea de Moreno Valle fue eliminar la dependencia, la fusionó a Educación Pública y de ahí vino la hecatombe.

¿De quién fue la idea de la fusión? ¿Quién mostró y entregó todo el andamiaje jurídico y cultural para destrozar la dependencia con Moreno Valle? Pues fue Alejandro Montiel Bonilla.

Últimamente es incansable tuitero pero pasó a la gloria por haber entregado el plan maestro de la desaparición de la Secretaría de Cultura que tantos años y sexenios sobrevivió.

Con la llegada del gobierno de Miguel Barbosa era evidente el regreso de la dependencia. Y pues ahí va, resucitando poco a poco a pesar de los cambios en la nómina. Pasó Julio Glockner y ahora Sergio Vergara.

¿Irónico no? Que Montiel Bonilla quiera ahora el puesto de la secretaría que tanto amó y odió.

Pues bueno hasta ahí.

El señor que anda ahí no es Cri Crí. Es Alejandro Montiel. Y quiere nuevamente la dependencia que él mismo entregó para su destrucción al Morenovallismo.

¿Será que se la entregan? 

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Edmundo Velázquez

Edmundo Velázquez

Es egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y cursó la maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos...