Últimamente la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) se les quema hasta el agua.

La Canirac en Puebla se nos ha pasado de sal y de pimienta.  

Como que el pan se les pone amarillo. Y urge que le bajen de huevos.

Entre su ex presidenta Olga Méndez Juárez y su actual titular, Carlos Azomoza, nomás no dan con el sazón ni les sale la receta. Los dos han querido meter su cuchara en cosas que nomás no le pegan y abonan al declive de la cámara.

Pero vamos poniéndole orden a esta historia que está más sabrosa que muchas cosas que sirven en sus changarros.

Empecemos con la ex presidenta que simplemente no termina de aceptar que ya no es nadie, que es un cero a la izquierda. Y que se placea aún como si fuera la patrona de la cámara.

Así es, Olga Méndez Juárez pensaba brincar a un puesto del gobierno del estado al momento de abandonar el cargo como presidenta y se tuvo que conformar con un puesto de vicepresidencia en el CEN de Canirac.

Es más, de todos bien sabido es que estuvo viendo con tenedores en mano, mandil al cuello y babeando el puesto de Martha Ornelas Guerrero en la Secretaría de Turismo.

Le hizo la guerra externa, la guerra interna, le soltó chismes, le soltó bots, le inventó amantes, le sembró topos. Le hizo la guerra a morir.

Claro, la Secretaria de Turismo siempre supo y notó que detrás de esas sucias intenciones por derrocarla estuvo la ahora ex titular de Canirac.

Para colmo, Olga Méndez, al momento de quedarse sin poder y sin cargo en la Canirac Puebla cuando llegó Carlos Azomoza Alacio en su sustitución, prácticamente se quedó sin vida y usó su cargo segundón en el CEN de la cámara para robar reflector.

Tan mal estaba sin el reflector al que ya se había acostumbrado que el día de la comida de la Canirac en Africam Safari el 21 de julio se placeó por todas las mesas sin ser presidenta, claro.

Es más, a todos los invitados los saludaba diciendo que era su cumpleaños y qué mejor idea que la Canirac le celebró su cumpleaños ese mismo día de la comida.

Obviamente, andaba bien necesitada de  protagonismo, tanto que eso molestó al actual presidente, Carlos Azomoza, que sí supo todo lo que salió a decir de él en cada una de las mesas.

Ah, porque ese es otro tema.

Vamos con la otra cuchara: Carlos Azomoza Alacio, el actual presidente de Canirac se la pasa tirándose al suelo y asegura que solamente estará un año al frente de la cámara.

Pero la neta es que anda buscando huesito. Eso dicen las lenguas conocedoras y bien informadas. Aspira lo que se pueda, lo que le dejen y lo que le salga.

Por eso tanta aparición y tanto evento. Por eso tanta declaración ante los medios y por eso aparece a comentar –como si fuera Carmelita Salinas– de todo. Y en todo mete su cuchara. ¿Por qué? Porque él ya avisó que después de ese año al frente de la organización se va donde más valga.

Y él cree que será en alguna candidatura porque presume que la lana la tiene.

Pero bueno, muchos de sus detractores están en la misma Canirac y en otras cámaras… Llámese CCE, Coparmex o Canaco.

Simplemente no lo aceptan. Otros líderes de las cámaras lo ven como de muy bajo pedigrí y hasta aseguran que sus lugares, el NovoOrigen y la Textilera son lugares consentidos de dealers y escorts.

En fin… Entre ambas cucharas, la de Olga Méndez y la de Carlos Azomoza no hay ni a quién irle.

Y eso es un hecho. Olga Méndez ya está por perder la Vicepresidencia de Capacitación Entrenamiento y Certificaciones en la Canirac a nivel nacional y a Carlos Azomoza seguramente no lo veremos en ninguna candidatura.

Pero de aquellos temas donde los sitios de Azomoza parecen más bien antros y vemos desfilar a las chicas del sexo servicio de élite (hasta en horario familiar) hablamos luego.

Porque esa historia merece otro momento para ser contada. 

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