Quién sabe qué está pasando en las zonas 5 y 6 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Puebla Capital pero los uniformados están hartos, enojados y de malas.

A inicios de año, el 5 de enero, se definió que vendrían varios cambios –muy drásticos– en la dependencia municipal.

Y a varios meses simplemente no se ve el avance.

Los primeros en notarlo y entrar en rebeldía son los policías de pie.

Las titulares de ambas zonas siguen sin ser del agrado de sus subordinados.

En la Zona 5 se mantiene Ingrid Linares Chávez y en la Zona 6, Mariana Capitán Hernández.

Los uniformados se quejan y explican que en la Zona 5 la inexperiencia de la titular es evidente y la acusan de poner a los uniformados a hacer rondines a pie durante las madrugadas o el tiempo que ella diga, así sea 24 horas del turno completo. Y así puede verse a los uniformados caminar por la avenida Juárez y otras avenidas de la Zona 5.

Para algunos uniformados, sobre todo los mayores, la medida ha sido exagerada, inhumana e inútil.

En la Zona 6, Mariana Capitán, a decir de los uniformados, amenaza a los elementos para tapar los eventos e incluso solapa a aquellos que le reportan menos hechos delictivos.

O sea, que la titular de esta zona está buscando como sea el bajar la incidencia delictiva, así sea obligando a sus subordinados a hacerse mensos.

Total que los uniformados no se quejan porque hayan colocado a más mujeres como titulares de las áreas. Más bien lo que piden es que realmente lleguen uniformadas capaces, de las cuales hay muchas.

Y luego se preguntan por qué no está jalando la estrategia de seguridad en la capital.

Trivia

¿Qué personaje de la vida pública poblana que ha estado activo públicamente desde el sexenio de Mario Marín Torres hasta la fecha estrena cirugía plástica?

No vamos a decirle quién. Pero sí vamos a decirle que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente después de que tuvo un accidente y cayó de unas escaleras eléctricas.

Digamos que se tropezó con varias botellas de whisky en el bar “La Puerta de Alcalá” en Plaza Marsala de la zona de Angelópolis.

Y después de romperse toda la cara e ir hospitalizado aprovechó para acomodarse la nariz y arreglarse esos detallitos propios de la edad. Sobre todo después del estrés bajo el que estuvo laborando los últimos años.