En algo tiene razón Blanca Alcalá Ruiz cuando habla sobre violencia política de género.
La campaña a la gubernatura de Puebla del 2016 es un claro ejemplo de lo que llega a sufrir una mujer que ha decidido entrar a la puja por un puesto de tal importancia.
En ese entonces el PRI la mandó prácticamente a perder.
De todos sus compañeros nadie quiso enfrentarse a un Tony Gali Fayad, aunque realmente el asunto era enfrentarse al sistema, al poder de Rafael Moreno Valle Rosas.
Cuenta la leyenda que el mismo “Jefe Diego”, Diego Fernández de Ceballos, se enteró directamente de la boca de Rafael Moreno Valle sobre todo lo que había hecho para que el PRI perdiera las elecciones.
“Mis respetos para tu candidata en Puebla”, le dijo Fernández de Ceballos a Manlio Fabio Beltrones.
Desde la cúpula nacional se sabía que la campaña negra a la que sería sometida Blanca Alcalá Ruiz no sería poca cosa.
Lo demás es historia. “Hasta un programa de radio hicieron para atacarme a diario”, dice Blanca Alcalá en una entrevista a fondo que hoy le presentamos en la portada de periódico CENTRAL.
Hoy las condiciones son otras para las mujeres en la política. Hoy tenemos prácticamente varias mujeres con posibilidades de ser encuestadas dentro de Morena para ser candidatas a la Coordinación Estatal de la 4T.
Y también del lado del Frente Amplio por México, existen muchos cuadros que podrían ser tomados en cuenta.
La propia Blanca Alcalá por ejemplo, quien hoy es una figura de peso con la Vicepresidencia de la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados.
“Ser diputada federal es de lo poco que me faltaba para pasar por casi todos los cargos públicos. Ahora solo me falta ser gobernadora”, dijo durante la entrevista.
Y sí, las condiciones han cambiado, ahora los medios somos objeto de revisión a profundidad sobre aquellos hechos, dichos y publicaciones que minimicen a las mujeres que se encuentren en la política.
Varios medios locales aún siguen en una batalla legal por ejemplo con Claudia Rivera Vivanco, la segunda presidenta municipal en la historia de Puebla.
Pero Blacna Alcalá insiste en que no es por hacerse la víctima. Una mujer no puede argumentar simplemente violencia por violencia. También tienen que demostrar capacidad.
La crítica de Blanca Alcalá para con sus compañeras políticas, en Morena, no menoscaba a la sororidad. Simplemente es una anotación.
“A todas las conozco. Con una de ellas tengo una relación de amistad”, aseguró.
Sin embargo ella subraya que Morena improvisó un tanto con tal de rellenar en el tema de la paridad de género. “Hay carreras meteóricas”, dijo la diputada federal.
Qué mejor que la crítica venga de una mujer que pasó ya casi por todos los cargos.
Y encima de todo las cifras siguen siendo poco afables y esperanzadoras. El 67 por ciento de los municipios de Puebla, de los 217, no han sido gobernados por mujeres.
Encima, solo dos de cada diez proyectos políticos electorales en que son lanzadas las mujeres en Puebla realmente son exitosos. Las mandan a perder, prácticamente.
Rafael Moreno Valle intentó negociar con Blanca Alcalá que prácticamente entregara la campaña meses antes. Le advirtió por todas las vías cómo podrían ser las cosas para ella y hasta para su familia. Y ella continuó firme en el cargo.
El acoso fue mediático, fue violento incluso con amenazas de muerte a sus operadores. Vaya, hasta bolitas de naftalina arrojaban en los eventos públicos para que al pisarlas hubiera algo en el ambiente que al final de la campaña la dejó prácticamente sin voz.
Yo fui testigo de eso. El suelo del templete en un evento de Libres prácticamente quedó blanco y sí, algo flotaba en el ambiente que raspaba en la garganta.
Después de la violenta campaña mediática y la derrota Blanca se tomó unos meses. Y Moreno Valle la volvió a buscar.
Cargó con la culpa de la violenta campaña contra Blanca Alcalá a grado tal que ya una vez instalado Gali todavía la seguía buscando.
Sin embargo, la campaña del 2016 fue prácticamente el ensayo de la violencia que vino en el 2018, vía Eukid Castañón. Fue la primera vez que se vio a personajes reventando casillas y amenazando operadores. Personajes provenientes del crimen organizado, pero esa es otra historia y merece ser contada en otro momento.
La de Blanca Alcalá hoy la cuenta ella en primera persona, aquí en CENTRAL.
El caso de Blanca Alcalá y su campaña a la gubernatura en 2016 fue parte del marco legal que generó la figura que hoy conocemos como violencia política en razón de género.
Así que sí, Rafael Moreno Valle, también fue responsable y el primer artífice de la violencia política de género en Puebla.
Y en esa llamada entre Beltrones y Fernández de Ceballos, hasta el “El Jefe Diego” se espantó por lo que tenían preparado para Blanca Alcalá en 2016.
Las cosas hoy son distintas.
¿Veremos a Blanca Alcalá en la boleta?
Sí, ahora busca el Senado de la República, por donde ya pasó una vez. Y donde cree que podría apoyar mucho más a los poblanos.
¿Buscaría la gubernatura otra vez?
Por ahora no, por ahora prefiere sumarse a la estrategia del Frente Amplio por México.
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