Con toda la avalancha de problemas que presentan todos los sectores industriales del país, aun con los efectos “salientes” de la pandemia, la crisis de abastecimiento y la creciente tensión de las guerras (que pone en riesgo el intercambio de mercancías), llega ahora un nuevo problema a enfrentar dentro de las empresas, conocido como “El Síndrome del Burnout”, que traducido sería como agotamiento extremo o “quemado” (se sobreentiende que en forma figurada), no confundir con quemado por el sol o por cuestiones de escándalos, como los de algunos líderes políticos que más que quemados, están “tatemados”.
Si el lector no está familiarizado con el término, he aquí la explicación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el burnout es un fenómeno laboral producido por un desequilibrio crónico entre las exigencias del trabajo (por ejemplo, exceso de carga de trabajo y un entorno laboral deficiente) y los recursos del trabajo (por ejemplo, la autonomía laboral o poco apoyo gerencial).
Se caracteriza por el cansancio extremo, la reducción de la capacidad para regular los procesos cognitivos y emocionales y el distanciamiento mental.
Se ha demostrado que el burnout está correlacionado con la ansiedad y la depresión, y muchas veces puede derivar en problemas de salud mental más amplios. En pocas palabras, es cuando el empleado ya no piensa, no razona y se ha vuelto un zombi o cínico (según el entorno donde labore).
Este síndrome entró oficialmente en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en enero de este año. ¡Ya se habían tardado!
Precisamente en mayo de 2020, esta columna ya hacía mención de esta situación, La NOM 035 y el relajante estrés laboral, aunque con otra terminología, en donde el doctor (Hugo) López-Gatell nos dio una noticia nada alentadora, diciendo: “Tras el covid-19, habrá una crisis de salud mental”. ¿De verdad o nos estaba tanteando? ¿Hasta que pase la pandemia habrá esta crisis de salud mental? Pues, ¡oh profeta! Ya los estamos viviendo bajo este “nuevo síndrome”.
Los expertos señalan que el Síndrome del Burnout está relacionado con un ambiente de trabajo tóxico. El trato injusto o degradante, sabotaje, gestión abusiva y comportamientos poco éticos de los jefes o compañeros de trabajo… con lo anterior, considere que no es broma cuando le dicen: “Welcome to the jungle”.
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Según la OMS, son tres factores que alimentan el desarrollo de síntomas de burnout: el trabajador y su tarea, el jefe y el equipo de trabajo y, por último, están los factores culturales-organizacionales.
Para combatir este síndrome (informe de McKinsey / Author Talks: Why burnout is an epidemic–and what to do about it | McKinsey), varias empresas ofrecen beneficios como yoga, suscripciones a aplicaciones de meditación, días de bienestar y capacitaciones sobre gestión del tiempo.
Sin embargo, los problemas de toxicidad que derivan en el Síndrome de Burnout usualmente no se revierten con estos programas. ¡Gracias McKinsey por las palabras de aliento!
Pero no todo este perdido, si su empresa o dependencia de gobierno no ofrece alguna de estas opciones, todavía queda la opción de inscribirse en “neuróticos anónimos”.
Aun con todo, los expertos aconsejan la forma de gestionar el síndrome, identificando las fases tempranas de los síntomas y tomar acciones orientadas a la prevención en ese momento. Es decir, monitoreando el ambiente organizacional en forma periódica. Al fin de cuentas, una empresa no puede ser eficiente, si permite que este síndrome se desarrolle en el personal que maneja en sus procesos.
El diálogo de hoy: ― entre intelectuales ―
I1.- ¿Aabías que Richard Branson, dueño del corporativo Virgin Group, valora mucho a sus empleados?
I2.- Sí sabía algo, creo él dijo que “Los clientes no son lo primero, lo primero son los empleados, SI CUIDAS A TUS EMPLEADOS, ELLOS CUIDARÁN DE TUS CLIENTES”.
I1.- Pero creo que en algunas organizaciones y empresas de México no le creen mucho.
I2.- Así es, aquí la frase es: “Si no te gusta el trabajo, encontraremos a alguien que lo haga… y que disfrute el trabajar bajo presión”.
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