Dario Mendoza

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Darío Mendoza

No hay democracia sin demócratas

En las charlas de café o en las conversaciones digitales hay algunas personas que se muestran indignadas y dicen sorprendidas: ¿cómo es posible que exista gente que vota por autoridades que no están dando resultados? Y van más allá, hablan de que existen estratos sociales que no piensan o tienen un bajo nivel de cultura y educación que los hace elegir mal.

Lo que no se dan cuenta es que, en la política y la comunicación política, no se trata de que los electores se convenzan de un conjunto de propuestas, ¡nada que ver! De lo que se trata es que los ciudadanos asuman una posición frente a distintas situaciones y personalidades que impactan en su vida cotidiana.

Lo que menos importa a la mayoría de los electores son las propuestas, ya que en todas las encuestas aparecerá siempre que la demanda principal de la sociedad, desde el norte al sur del continente, es la seguridad y la economía.

No se trata de que, a mayores niveles de educación y cultura, mejores decisiones; si así fuera, nunca hubiera triunfado el nazismo en la Alemania educada y ordenada que le dio acceso al poder a Adolfo Hitler.

Más aún, amplias porciones de la población con altos niveles económicos y educativos son los que registran menos participación y se ausentan de las urnas, incluyendo a muchos jóvenes con estudios universitarios.

De acuerdo con la organización Big Data, en México, los no-votantes son mayoritariamente jóvenes que pertenecen a la clase media alta. El abstencionismo en esta franja se estima en que seis de cada 10 de estos ciudadanos no acuden a las urnas.

En la elección intermedia de 2021, en el Estado de México, el promedio del abstencionismo fue de 46%; pero de nuevo, seis de cada 10 jóvenes no participaron y más de la mitad de los abstencionistas, en esa elección, formaba parte de hogares con alto nivel de acumulación de bienes.

¿Qué es más racional? ¿Qué un votante pobre acuda a las urnas para obtener recursos inmediatos para su supervivencia? ¿O qué un votante con más oportunidades se convierta en abstencionista?

Para que haya democracia deben existir los demócratas. Se requiere de una gran participación para que se haga realidad aquella frase de que el pueblo manda.

O como dijo Kennedy: “No pienses qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tú país”.

Son los mismos partidos políticos los que inhiben la participación real de la ciudadanía en procesos internos, prefieren controlar el padrón de sus afiliados y mantenerse en el poder antes de ver surgir verdaderos líderes; es un mercado donde participan estructuras prestadas de otras fuerzas políticas, con el fin de que sus camarillas se perpetúen.

Las organizaciones de la sociedad civil también deben hacer una enorme campaña de participación ciudadana, en lugar de gastar esfuerzos en el diseño de propuestas, que solo entienden ellos, pero que no provocan ninguna emoción en el electorado en general, porque no es lo que se dice; es, quién nos lo dice y cómo nos lo dice.

Se requieren demócratas en los partidos políticos, se requieren demócratas en todas las franjas sociales, pero sobre todo en aquellos segmentos de la sociedad que han tenido mejores oportunidades de educación y desarrollo.

Mafalda no pudo decirlo mejor: “Vivimos en un país raro: la clase obrera no tiene obras; la clase media no tiene medios y la clase alta no tiene clase”.

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Darío Mendoza

Darío Mendoza Atriano es consultor en comunicación política y manejo de crisis. Asesora a líderes políticos y del sector privado, en México y Centro América.