¿Se atreverán a debatir?

Uno de los rasgos del poder político es que es afrodisiaco, placentero y muchos seres humanos que lo prueban ya no lo quieren soltar. Funciona tal como una droga, es, en resumen: ¡el placer de mandar! Se da en grande y en pequeño; hasta el cadenero del antro, se siente poderoso con su soberana decisión … Sigue leyendo ¿Se atreverán a debatir?