El eje de la campaña presidencial que se empieza a delinear, por parte de las organizaciones de la sociedad civil, es democracia o dictadura. O al menos ese es el mensaje central que abanderaron el domingo 18 en la “Marcha por la Democracia” encabezada por organizaciones ciudadanas. El mensaje de Lorenzo Córdova, ex presidente del INE, fue en ese sentido, una defensa de las instituciones democráticas, de los organismos autónomos y de la misma constitución.
El mensaje fue digno de un auditorio académico, de sofisticadas mentalidades conocedoras de la división de poderes y de la ciencia política; difícilmente fue seguida por el ciudadano promedio, que entusiasta y todo, se mantuvo escuchando las sofisticadas palabras del vocero invitado por las 6 organizaciones centrales que han organizado las últimas tres movilizaciones ciudadanas.
Aglutinados en la organización unid@s, las 6 organizaciones que han caminado juntas, superando protagonismos y diferencias son: Poder Ciudadano dedicada a promover el voto; UNE, organización con destacados abogados y ciudadanos que intentaron construir un nuevo partido; Frente Cívico Nacional que aporta a los políticos con más experiencia y es el organismo menos ciudadano; Sí por México, la primera organización creada por Claudio X González, con muchas ganas y probada ingenuidad; Sociedad Civil, que es la que mejor desempeño muestra en las redes sociales; y, finalmente Unidos Por México, que agrupa aun grupo de ex gobernadores que se muestran activos más allá de sus partidos, de los cuales se han decepcionado.
De este núcleo, se han desprendido iniciativas entusiastas, sin embargo, poco han podido hacer frente a los partidos políticos de oposición, que caminan insensibles, reciclando sus cartuchos quemados y consolidando sus conductas de mantenerse en el poder aunque se les haya encogido la cobija. Ellos siguen concentrados en vivir aquello de que en “política, como los frijoles de olla, arriba o abajo, pero siempre adentro”. Otro de sus “principios” centrales es aquello que afirmaba el profesor Carlos Hank González: “Un político pobre, es un pobre político”. Y con esos valores se mantienen tejiendo su red de protección el mayor tiempo posible.
Así que como suele suceder, la sociedad mexicana ha ido más lejos que sus políticos, incluso algunos reconocen que tal vez Xóchitl no represente todo lo que ellos quieren; pero de lo que sí están muy seguros, es que la candidata de Morena, representa todo lo que no quieren. Y estos ciudadanos son los que a pesar de sus partidos de oposición y de aquellos dirigentes que no están a la altura de las circunstancias, han salido a defender la libertad y la democracia. Se animan, participan y prácticamente han ganado ya la guerra de las redes sociales y ahora se preparan para dar la batalla en cada colonia y en cada calle.
Tal vez muchos de los que marcharon el pasado domingo, esperaban un mensaje más poderoso y contundente, menos académico y tibio, porque la frase que hizo arquear la ceja de muchos fue cuando Lorenzo Córdova dijo: “no estamos aquí para criticar a ningún gobierno en sí…”. Frase innecesaria cuando entre el público se escuchaba una condena a la conducción del gobierno del presidente. Y sobre todo cuando todos los días López Obrador interviene de manera ilegal en el actual proceso electoral, hecho que ya pone en riesgo los resultados de las elecciones.
En la sociedad mexicana no hay un Milei, que con fuerza señale el peligro de la construcción de una dictadura, que con pasión retome lo que las clases medias reclaman y temen. Por ahora hay mucha ciudadanía, y muy poco carácter y sensibilidad de sus élites políticas y empresariales.
El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria
un poder que pretende hacerse superior a las leyes.
Cicerón
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