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Entre el emblemático estadio Cuauhtémoc y la muy concurrida autopista México Puebla existe un pequeño lago que se encuentra en total abandono. Este vaso regulador de agua se niega a desaparecer, pese a la falta de mantenimiento e intervención por parte de las autoridades, pues aún funge como ecosistema y sus residentes son unos cuantos patos.

Hace más de una década, el cuerpo de agua era visible al transitar por las vialidades que lo rodean. Pues lo único que los separaba eran unas guarniciones que estaban totalmente libres de maleza y su diseño permitía dirigir el agua de lluvia hacia el lago. Incluso, lucía la fuente que tiene al centro.

Conforme pasaron los años, las administraciones dejaron de interesarse en su mantenimiento e imagen. Por ahí de 2014, el lago lucía con un poco de maleza, pero aún era visible y conservaba su marcado camino para quienes acudían a la zona.

Este mismo año, lo cercaron doble vez , primero por mallas metálicas y luego por rejas. A fin de protegerlo ante cualquier accidente vial y, al mismo tiempo, evitar la salida y riesgos para los animales.

Sin embargo, en los últimos cinco años es difícil encontrarlo a simple vista, ya está prácticamente cubierto por hierba. Pero también por escombro, una gran cantidad de basura y poco más de una docena de llantas, situación que captó CENTRAL durante un recorrido.

Pese a que aún parece conservar la fuente, ésta tiene años sin funcionar, y de la existencia de patos, sólo pudieron encontrarse algunos cuantos.

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Abandono del lago lo convierte en foco de inseguridad para colonos y automovilistas

Por si fuera poco, la zona del lago ubicado cerca del estadio Cuauhtémoc y la autopista México Puebla, se ha vuelto peligrosa. Tanto para los automovilistas como para los peatones, debido a las condiciones de abandono.

El crecimiento que ha alcanzado la vegetación no permite observar en plena curva si hay vehículos o personas más adelante.

Además, los vecinos provenientes de la junta auxiliar de San Sebastián de Aparicio, y las colonias México 83 o Maravillas, entre otras, utilizan a diario la vialidad. Ante la carencia de puentes peatonales para cruzar hacia sus hogares o empleos sin riesgo de ser atropellados.

También, desde hace tiempo, existe cierto temor al momento de transitar por los alrededores del lago, pues los delincuentes se esconden entre la maleza para asaltar, ya que también carece de luminaria.

Incluso, se han registrado asaltos a automovilistas, por lo que han pedido en reiteradas ocasiones que se dé mantenimiento y se haga una intervención a este espacio público, el cual se niega a desaparecer.

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Claudia Hernández

Claudia Hernández

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la BUAP. Reportera desde 2019 en fuentes de Educación, Cultura, Movimientos Sociales, Religión e Iniciativa Privada en medios de la capital poblana.