Comienza la caída del barbosismo, a tres meses de la muerte del exgobernador de Puebla

A tres meses del sorpresivo fallecimiento del exgobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, el barbosismo ha comenzado a debilitarse. Algunos de sus principales proyectos se encuentran en declive, como la Unidad Técnica y la cohesión que logró dentro de Morena.

El grupo en el poder juró lealtad al exmandatario, durante y después del sepelio y los homenajes que recibió. La promesa de sostener al barbosismo se hizo tanto en la dirigencia estatal del partido, como en el Congreso Local y en el gabinete del gobierno.

Sin embargo, los grupos de Miguel Barbosa comenzaron a romper filas, en aras a sus propios intereses políticos.

Es lo que ocurre en la dirigencia estatal de Morena, encabezada por Olga Romero Garci-Crespo y por el secretario general, Agustín Guerrero Castillo. Y es que, tanto ellos como el secretario de Finanzas, Jorge Mota Castillo; y la titular de Comunicación, Juana Marmolejo Sánchez, pugnan por colocar a perfiles suyos en el partido.

CENTRAL informó del despido de trabajadores de la estructura de Jorge Mota. Fuentes han referido que entre estos liderazgos se disputan los puestos clave. Es así, cuando mantuvieron una “unidad” que intentaron difundir en todo el estado, a favor de Miguel Barbosa, a quien juraron lealtad.

Tanto ellos como los demás secretarios del Comité Ejecutivo, fueron designados en agosto del 2022. Fue una operación política que involucró el acarreo de simpatizantes para inscribirlos como militantes, y que votarán por los perfiles barbosistas para integrar el Consejo estatal.

La línea del exgobernador de Puebla de involucrar a funcionarios de izquierda en su administración, quedó atrás con la llegada de Sergio Salomón Céspedes.

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Entre las designaciones cuestionadas están la de la priista Isabel Merlo Talavera, en Educación Pública; Melva Navarro Sequeiro, en Igualdad Sustantiva, así como América Rosas Tapia, en la Secretaría de Movilidad y Transporte.

Unidad Técnica de la ASE, el elefante blanco de Miguel Barbosa

Una de las metas más importantes del exgobernador de Puebla, Miguel Barbosa era crear un brazo externo que vigilara e investigara a la Auditoría Superior del Estado (ASE). Fue así como nació la Unidad Técnica de la ASE en 2022.

Barbosa presumió que dicha instancia revisaría el desempeño de los nuevos auditores para que no hubiera corrupción en la revisión de las cuentas públicas. Con la muerte del exmandatario, las acciones de dicha Unidad quedaron en el olvido. Con eso, se perdió la relevancia que él le imprimió en un inicio.

El 14 de marzo, la titular de la Unidad Técnica, Ana Gabriela Lepe Quiroz dijo que no habían recibido ninguna denuncia contra la ASE. Es decir, que no podían iniciar una investigación contra la Auditoría por la revisión de los recursos.

Lo anterior, cuando la auditora, Amanda Gómez Nava, tiene señalamientos por actuar con opacidad; por el despido pasivo de empleados y retrasos en la revisión de las cuentas públicas.

La Unidad Técnica fue creada para que solo procediera ante alguna denuncia, por lo que no puede actuar por cuenta propia. El artículo 134 de la Ley de Rendición de Cuentas y Fiscalización Superior del Estado, indica que deben recibir quejas por faltas administrativas para iniciar investigaciones.

Solo la Comisión de Control, Vigilancia y Evaluación del Congreso del Estado, está facultada para ordenar alguna indagación sin denuncia, según el artículo 114. Sin embargo, la presidenta, Jocelyn Olivares López, ha evitado hablar del tema en medios de comunicación.

El olvido del barbosismo en Puebla incluso se vio en la misa del pasado 13 de marzo. Con apenas un puñado de asistentes, no estuvo ninguno de los funcionarios y actores que mostraron lealtad al exgobernador de Puebla, Miguel Barbosa. El tiempo avanza. Y muchos parecen enfocados en Sergio Salomón Céspedes.

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