En pláticas con amigos me percaté de algunas confusiones sobre cómo funcionan las vacunas y qué significa, por ejemplo, que la Pfizer tenga una efectividad del 95%.
Es muy sencillo. Imaginemos que se toma una muestra a 200 personas. A 100 se les da un placebo, se les denomina grupo de control, y a otras 100 se les aplica la vacuna, dejan pasar el tiempo requerido y se les aplica la segunda dosis. Al término del estudio tendremos que 95% de los vacunados adquirieron defensas contra el covid-19 y solo cinco no las desarrollaron.
Para las personas que desarrollaron defensas, en caso de estar expuestas al virus, su probabilidad de tener complicaciones es mínimo y de morir es casi de cero. Aunque estas personas presenten enfermedades preexistentes.
Las cinco restantes, las que no desarrollaron defensas y se expusieron a la infección del virus, son tan vulnerables como aquellas que no se vacunaron. Su probabilidad de morir es del 10%, en México, y más bajo en otros países.
Una persona infectada es un vector que afecta más personas, una persona vacunada es un muro contra esos vectores, entre más personas vacunadas, más muros. Llegará un momento en que se alcance la inmunidad de rebaño, que es cuando el virus ya no es capaz de encontrar suficientes personas a las cuales infectar y deje de propagarse.
Reconstrucción:
Existe un miedo natural a nuevas cepas del coronavirus y que las vacunas no sean eficaces para ellas, que pase tiempo en un periodo corto de tiempo es poco probable pero si así fuera, las vacunas existentes podrían ser rápidamente ajustadas y actualizadas, de tal forma que siempre tendríamos vacunas eficaces.