A ti amiga, sí tú sabes a quien me refiero, no me queda más que darte las gracias, tendrás mi gratitud por siempre por vengarnos a todos a los que en algún momento Sagrario Conde pretendió humillarnos y tratarnos mal.
Seguramente ya nadie sabe quién es Sagrario Conde, pero yo les digo. Esta muchacha se sentía diosa, que ni el piso la merecía y la todopoderosa en el morenovallismo.
Su estilo, claro al igual que el de Marcelo García Almaguer, tratando mal a todas las personas, claro, cuando tienes poder todo resulta fácil, pero creyó que aún contaba con esas ricas mieles que no se ha dado cuenta de su realidad.
El caso es que Sagrario Conde llegó a pretender mandar en el equipo de Comunicación Social del PAN, pero ¡Bendito Dios! Hay una rubia de ojos verdes muy inteligente y capaz que no permitió que Sagrario la tratara como suele tratar a la gente.
“Aquí mando yo y por si no te has dado cuenta los tiempos han cambiado, ya no está Moreno Valle para que te sientas intocable”, le dijo esta mujer admirable que sacó el carácter y la casta para evitar que la arpía le comiera el mandado.
Por supuesto, la gritoniza se escuchó en todos los pasillos del PAN, todos los presentes sintieron lástima por Sagrario, hasta el guapo Jesús Giles sintió tanta compasión que le dieron ganas de correr a abrazarla.
Pero para los que no la conocen, no saben lo conflictiva que es, así que me alegra tanto que alguien le haya puesto un alto por fin. Y la tal Sagrario salió de esa oficina con la cola entre las patas, con la mirada baja y sintiendo tanta pena por su “estate quieto”.