En estos días los abusos policiacos son una realidad.
Seguramente ya vio la historia que publicamos en PÁGINA NEGRA el pasado viernes 29 de enero.
Un grupo de hombres armados se encontraban a la altura de la carretera federal a Tehuacán y amenazaron a miembros de la Guardia Nacional.
Al frente de ellos se encontraba nada más y nada menos que un agente de la Policía Ministerial.
Al señor lo conocen como Eduardo García y mejor lo ubican por sus apodos: “El Viejo”, “El Pitufo” o “El Papá Pitufo”.
Acá le dejamos su foto por si lo reconoce.
Eduardo García está asignado a la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Alto Impacto (FEIDAI) en Tepeaca.
Y el viernes protagonizó un verdadero numerito con su grupo de ministeriales afuera de un lote de autos donde se confrontó con los agentes de la Guardia Nacional.
Pero eso no es todo. “El Papá Pitufo” además ha sido visto en la zona del Penal de San Miguel en la capital de Puebla.
Exacto, fuera de su jurisdicción.
Él y su grupo de trabajo ha sido visto por custodios del centro penitenciario para tratar de tomar videos y fotografías en las instalaciones de San Miguel.
Los uniformados de San Miguel informaron incluso que se ha puesto pesado para intentar ingresar a las instalaciones sin una orden o mandato judicial.
Hasta el momento no sabemos si este agente ministerial trabaja por su propia cuenta o es pagado por algún grupo delictivo.
¿Quién le pagará? Porque hay bandas que podrían estar en su cartera de “clientes”.
¿Será la banda de “El Narizotas”?
¿La banda de “El Toby”?
¿O será acaso la banda de “La Patrona”?
Mucho trabajo tiene el fiscal Gilberto Higuera Bernal despachando la dependencia en tiempos de covid-19 como para que ahora se le salgan del huacal los ministeriales, quienes por cierto aún no tienen titular desde la muerte de Gerardo Mejía Granados.
Como lo hemos dicho antes, los ministeriales están descarriados.
Y no hay para cuándo les pongan orden.
Y “El Papá Pitufo” es un ejemplo claro.