26 de Abril del 2024

El pésimo trato que los medios le dimos al caso de Ingrid… otro más

Por Yonadab Cabrera Cruz / /

losamantes inte yona

Dedicada a Ingrid, a la familia Escamilla y a todas aquellas familias que han sufrido la pérdida de una madre, una hermana, una esposa, una hija, una tía, prima o amiga.

Sigo indignado. Tengo diferentes emociones que quisiera compartirles, pues desde muy pequeño y por un asunto de mi vida privada, siempre me propuse y me di a la tarea de defender las causas sociales, de clamar justicia, de evitar que las mujeres y niños fueran maltratados. Ahora como periodista pongo en duda mi convicción.

El caso de Ingrid me ha causado remordimiento de conciencia, tristeza, impotencia y mucho, mucho coraje. Este caso en particular me pega como persona y como ser humano porque es una mujer, porque su homicidio fue de lo más brutal, porque era originaria del municipio al que tanto amor le tengo, pues ahí he pasado los mejores años de mi vida y porque es familiar de personas cercanas a mí y a las que quiero mucho.

Aún siento más indignación porque cuestiono mi papel como periodista. Los medios de comunicación y los periodistas. De acuerdo con el filósofo y político Edmund Burke, representamos al “Cuarto poder”.

Pero no ese poder que está lleno de privilegios, de beneficios económicos y políticos. La prensa surgió como un equilibrio de los poderes del estado, dándole voz a los que no la tienen, defendiendo las causas sociales, los derechos humanos y las libertades.

Y hoy me cuestiono si los que nos dedicamos a la importante labor de informar, lo estamos haciendo bajo estos preceptos, pensando en la gente que no tiene voz, que día a día vive injusticias, que son víctimas del sistema solo por no tener los recursos económicos o los privilegios políticos.

Cuestiono qué tan auténticos y sensibles somos, pues como decía Ryszard Kapuściński “solo las buenas personas, los buenos seres humanos, pueden ser buenos periodistas”. Y todo esto lo traigo a colación porque me pongo en el lugar de la gente, de mi gente, de mis seres queridos que ahora están sufriendo y la están pasando mal.

Porque la difusión de las fotografías de la forma en que quedó Ingrid, me indignó. Porque pienso en la gente que la conoce o conocía y que yo también conozco y hasta la cara se me cae de vergüenza por formar parte de ese sector que lucra con el dolor ajeno. Y es cuando me cuestiono ¿Tiene algún valor periodístico difundir imágenes de las personas asesinadas?

¿Tiene algún valor periodístico entrar a las redes sociales de las víctimas para extraer su información?

De acuerdo con Brahim Zamora, activista social de Puebla, tomar información de las redes sociales por muy públicas que sean, es una invasión a la privacidad, es revictimizar a la víctima.

¿Los periodistas de verdad estamos dando voz y ayudando a construir un mundo mejor y una sociedad mejor o simplemente estamos lucrando con la información y el dolor ajeno?

¿Por qué no nos ponemos a pensar en las personas que están sufriendo antes de mostrar nuestra insensibilidad y pedir fotos o videos, transgredir su intimidad, su dolor, su dignidad a cambio de una imagen?

Y no es que quiera llamar la atención con este texto ni mucho menos seguir lucrando con lo ocurrido. Tal vez mucha gente ni lea estas líneas, y creo que es más importante todo lo que se ha dicho en redes sociales que lo que yo tenga que decir.

Solo hago estas preguntas que a menudo me saltan y que con el caso de Ingrid no me dejan de talar la cabeza.

Mi más profundo cariño a los Escamilla y a Ingrid.

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