Qué guardadito se lo tenía el dirigente estatal de Morena, Edgar Garmendia. Nadie lo vio venir ni mucho menos desembarcar en el Comité Ejecutivo de Morena en Puebla.
Su llegada fue muy sigilosa, de muy bajo perfil, es más, ni los propios morenistas, que todos los días acuden a reuniones en la nueva sede de su partido, en la colonia La Paz, saben de quién se trata, solo lo conocen como el nuevo secretario de Organización.
Nadie sabe de dónde viene ni quién lo envía, nadie hasta ahora. Lo que yo me pregunto es ¿por qué mantener en secreto la llegada de alguien tan importante a Puebla? Y, sobre todo, por qué precisamente a un grupo contrario al gobernador Miguel Barbosa Huerta.
Se trata nada más ni nada menos que de Aristóteles Belmont, y sí, así como a ustedes a mí tampoco me suena el nombre, pero al saber de quién obedece órdenes, a qué grupo político pertenece, ya cambia la cosa, y su llegada a Puebla genera muchas dudas, en especial por la secrecía en que se mantuvo hasta ahora, pues quería manejar un bajo perfil pero ya no podrá.
El trabajó con Claudia Sheinbaum desde que era secretaria de Medio Ambiente en la CDMX, cuando López Obrador fungía como jefe de Gobierno. Aristóteles es lópezobradorista de hueso colorado, pero también sheinbaumnista. Por supuesto, no se manda solo y solo hay una respuesta de su llegada a nuestro estado.
Pero ¿por qué la jefa de gobierno de la CDMX mandaría a su mano derecha como secretario de Organización de Morena en Puebla?
¿Por qué le dieron ese cargo en el CEE
Y la pregunta del millón ¿por qué lo mandó justamente con el grupo contrario al gobernador al interior de su partido político?
Porque tengo entendido que Edgar Garmendia recibió una orden muy precisa de arroparlo, tratarlo bien, involucrarlo con las bases de Morena, que conozca y recorra todo el estado.
¿Será que le tenderá la cama a la jefa de Gobierno de la CDMX para la candidatura presidencial, o que funja como su operador político en Puebla?
O tal vez lo envió para hacer contrapeso a Barbosa e impedir que tenga controlo sobre las candidaturas a los ayuntamientos y las diputaciones locales. Hay muchas dudas que me están matando, ojalá alguien me las pudiera responder.
Lo que al menos espero es que doña Claudia se ponga brava en cualquiera que sea su intención de tener a un operador en el estado.
Y para que vean cómo se mueven las aguas de Morena en Puebla, y que las candidaturas así como todo el proceso electoral será una rebatinga, fíjense que el líder nacional de este partido, Mario Delgado le llamó la atención a mi adorado Nacho Mier.
Pero saben qué me llama la atención: que ni siquiera fue por un tema Legislativo. No, fue porque mi querido amigo quiso meterse con el trabajo y la dirigencia de Edgar Garmendia, y ahí ya no le pareció a Mario Delgado, quien le dijo que con él no se metiera porque era de su gente.
Así que hay muchas interrogantes, solo imaginen Claudia Sheinbaum manda a su mano derecha con Edgar Garmendia, que es contrario a Barbosa, y Mario Delgado defiende al propio Edgar de Nacho Mier.
Aquí hay gato encerrado.
