28 de Marzo del 2024

¿Y si mañana falto yo?

Por Viridiana Lozano / /

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Cada día matan 10 mujeres en México y el 89.5% ha sufrido violencia sexual. En Puebla, más de 500 mujeres han sido víctimas de feminicidio desde 2013 y, tan solo en lo que va de 2020, se han cometido 34 crímenes violentos. En la gran mayoría de los casos los asesinos son hombres, pero no cualquiera, el perpetrador es su esposo, novio, pareja, primo, amigo y hasta el hijo.

Todos bajo el amparo de que tienen el derecho de "matarnos" porque son más, más poderosos, más fuertes o tienen más derechos.

El paro que este 9 de Marzo sucederá por primera vez en México y en Puebla se trata de visibilizar qué pasaría si fuéramos la siguiente asesinada. No se trata de provocar un colapso económico con la ausencia masiva de mujeres al trabajo y a comercios, tampoco es una manifestación contra un gobierno específico ni mucho menos es producto del neoliberalismo.

Es un ejercicio personalísimo que más bien debe servir de reflexión a los hombres y mujeres con las que convivimos a diario.

Es una realidad de todos los días, se los digo: 10 mujeres son asesinadas cada día, perdemos amigas, madres, hijas, compañeras de trabajo, maestras, trabajadoras, porque son víctimas de la violencia feminicida. Y tal vez tú, qué me estás leyendo no has sufrido la pérdida de una mujer por este crimen pero, según las estadísticas, estás muy cerca.

Desde hace unas semanas que comenzó a alimentarse el movimiento escuché con atención cientos de posturas, que si "no servirá de nada", que "la mejor manera de hacernos presentes es trabajando", que si "se trata de un día de flojera", o el "pretexto perfecto para no hacer algo".

Yo, como les digo, creo que es un ejercicio muy personal, es una simulación en nuestros centros de trabajo, círculos de amigos y en la casa de qué pasaría si un de un día para el otro formamos parte de las terribles estadísticas de mujeres desaparecidas o asesinadas.

No es tan vacío como decir "a ver cómo la hacen sin nosotras", es más serio y profundo, porque en lo individual tal vez ningún hombre sienta la ausencia colectiva pero sí la de los espacios en los que vive cotidianamente, su casa, su trabajo y los centros comerciales.

¿Qué pasaría si mañana tu compañera de la escuela no está?

¿Si a tu maestra la mata su esposo y no puede volver a dar clases?

¿Si a tu amiga la viola su primo y luego decide matarla por temor a ser denunciado?

¿Si un día tu mamá sale a comprar pan para el desayuno y un ex la asesina en la calle?

¡Por supuesto que un movimiento así debe funcionar! Porque en la época en la que yo era niña ni siquiera se hablaba abiertamente de la violencia contra las mujeres, si tu padre le pegaba a tu mamá parecía normal, no creías que tuvieras que salir a pedir ayuda, mucho menos pensabas en que aquello podría terminar en un crimen.

Hoy al menos las niñas deben conocer por qué este lunes no irán a la escuela y sus madres estarán en casa, y así, seguramente, tendrán más posibilidades de alzar la voz, pedir ayuda y denunciar cuando sean víctimas de abusos. Sabrán que la violencia no es normal.

Yo espero que todas las manifestaciones que están sucediendo en este momento de la historia ya no sean necesarias en unos años, y que cuando mis hijos crezcan lo hagan en una sociedad en la que las mujeres dejen de ser vistas como un objeto, que los hombres dejen de pensar que pueden mandarnos, humillarnos o matarnos.

Es muy cierta la frase que hoy se ha visto repetida en miles de pancartas en las marchas del #8M "Marcho hoy para que mañana mis hijas puedan vivir sin violencia", "Marcho CON ellas para que mañana no tenga que marchar POR ellas". 

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