A inicios de febrero de este 2020, a la redacción de Central y Página Negra llegó una historia que indigna a cualquiera.
Un joven de nombre Trinidad Juárez llevaba dos días en el área de Urgencias con un vómito inclemente, síntoma de quién sabe qué enfermedad.
Sí, llevaba dos días sentado en la sala de espera del IMSS de La Margarita y ni siquiera sabían qué tenía, no porque se tratara de alguna bacteria extraña sino porque ni siquiera había sido diagnosticado.
Peor era la foto que retrataba su estado: él vomitando sobre un pañal que sostenía su mamá, quien estaba a su lado, parada por supuesto porque las sillas son para los enfermos.
La semana pasada, aquella terrible historia, que se repite todos los días desde que el 19 de febrero de 2017 el edifico de San Alejandro quedó inutilizable, parecía tener fin con la llegada de 60 nuevas camas.
El propio Zoe Robledo estuvo en Puebla para el corte de listón, pero han pasado ya cuatro días y no ha sido posible usarlas.
Sí, la gente sigue hacinada y sufriendo en los pasillos porque resulta que no hay personal para atender dicha área. El problema no es solo de espacio y camas, sino de personal que no se da abasto para cuidar a los enfermos.
A eso le sumamos el último reporte de la Auditoría Superior de la Federación, que evidenció que en 2018 se pagaron 427 millones de pesos por el edifico CIMA, que resultó después con un grave daño estructural, y 51 millones de pesos solo para los estudios estructurales.
Un gran fraude cometido por la anterior administración y que en esta no ha dejado una sola demanda, pero sí cientos de personas con un servicio social inhumano.
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El PAN parece por fin haberse dado cuenta de que lo único que les queda es luchar por la capital en la próxima elección de 2021.
Con Jesús Zaldívar al frente del partido ha comenzado una campaña para evidenciar el suberjercicio 2019 de la actual administración.
A mí parecer un tema bastante difícil de comprender por parte de los poblanos, pero por algo se empieza.
