29 de Marzo del 2024

Ingrid Escamilla ¡No es tu culpa!

Por Viridiana Lozano / /

 

Guiapara interior viri

¿Podría criticar a la madre de Ingrid Escamilla si ahora mismo fuera y pintara la palabra "justicia" en el Ángel de la Independencia?

¿Alguien siquiera se atrevería a decirle que esa no es la forma, que busque la manifestación pacífica?

Sí, muchos lo harían. Ni la Alerta de Género ni el conteo de feminicidios ni las campañas de #NiUnaMenos han logrado cambiar la mente de cientos de mexicanos que hoy, ante el cruento feminicidio de la poblana, han decidido concentrar su discurso en qué hizo ella.

Que si andaba con un hombre mayor. Que si seguramente era porque le daba estabilidad económica. Se atreven a cuestionar cómo fue que hace siete meses lo denunció por violencia y no se atrevió a dejarlo. Se basan en el "si ella hubiera".

Cómo es que el discurso en su contra, la revictimización y el cuestionamiento de sus actos como una razón de su muerte le han ganado a la condena contra su asesino, contra Erick Francisco, quien la noche del 10 de febrero la mató y desolló.

Así lo demuestran los comentarios en las publicaciones en redes sociales sobe su feminicidio, posturas atroces como:

"Yo nunca he entendido por qué una mujer discute con un alcohólico. No entiendo si ya había antecedentes de violencia, seguía ahí... no entiendo".

Relaciones tóxicas hay miles, mujeres y hombres que viven en ambientes violentos, es lamentablemente muy común en nuestra sociedad, pero a mí se me hace mucho más inexplicable que Erick haya decidido matarla, desollarla y, como él mismo confesó, tirar sus restos por una alcantarilla, eso sí es inexplicable, extraordinario y monstruoso.

Cómo es la educación de la sociedad actual para que sus comentarios, su forma de pensar, se basen en cómo es que ella podía vivir en una relación violenta y con alguien que casi le doblaba la edad.

Otro más escribió: "Yo creo, sin afán de ofender, de todo lo que se ve y se vive actualmente, que es la consecuencia de nosotras mismas de tomar decisiones equivocas con la ilusión de tener una vida más estable" (sic).

¡Qué!, esta persona, mujer por cierto, cree que las mujeres tenemos la culpa de que nos maten, se atreve además a afirmar que si salimos con un hombre mayor es por inseguras y por necesitadas, porque solas, según ella, no podríamos ser estables económicamente.

Así decenas de comentarios que revictimizan a Ingrid, a quien ya no está aquí para defenderse, para hablar, para contar cómo era su vida.

A Ingrid la mató su esposo, dentro de su propia casa, los medios exhibieron su cuerpo sin un gramo de respeto, y luego la siguieron matando con cada uno de los comentarios en la que la responsabilizaron de su muerte.

No entendemos que no entendemos.

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