La pelea al interior del PRI en Puebla no es más que la lucha anticipada, muy anticipada, por la definición de candidaturas.
La culpa la tuvo Jorge Estefan Chidiac, quien fue el primero en poner el desorden y se ha apropiado ya de la primera diputación local plurinominal.
Los demás grupos, al enterarse de que las posiciones ya se están repartiendo, empezaron a amenazar con dejar el partido sino les aseguran de una vez un cargo. Tampoco es que haya mucho que repartir, las diputaciones locales y plurinominales y algunos municipios en los que siguen siendo fuertes.
El PRI está por los suelos y eso no va a cambiar en el proceso electoral que está por venir. Podría venderse al PAN para ir en alianza y derrotar a Morena, ganar un poco entonces, o sublevarse al gobierno estatal y aceptar las sobras, sobras que incluso podrían perder.
El nuevo dirigente Néstor Camarillo ha comenzado a “operar” rumbo a la elección aunque el fichaje no ha sido el mejor: Jonathan Collantes, lo único que le sirve de él es su voto en el Congreso que hace la bancada tricolor más fuerte.
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Por primera vez en la historia de su gobierno, a Claudia Rivera le sale una estrategia política, diría yo, maquiavélica.
Ya todos sabemos que la alcaldesa ha decidido buscar la reelección en el proceso electoral de 2021, el tema es cómo lo logrará. El año pasado, recién llegada, no pudo hacer mucho para destacar su gestión y, esta vez, con el pretexto de la pandemia, sigue en las mismas.
Por eso lanzó un ambicioso proyecto de obra pública por más de 700 millones de pesos que, se los firmo, no le dará tiempo de ejercer, y logró deshacerse en menos de una semana de la oposición a través del G5, los regidores de su propio partido.
En la columna pasada les dije que los extorsionadores habían sido Libertad Aguirre y José Luis González Acosta. Bueno, después de negarlo en rueda de prensa, Rivera quitó a Aguirre de la presidencia de la Comisión de Hacienda y nada pasó.
Para mí esa fue la prueba de que sabe que ella pidió dinero y prefirió no inconformarse, a cambio, tal vez, del indulto.
Lo que sí es que por esos 3 millones de pesos está en riesgo el papel del G5 como oposición, y a unas semanas del inicio del proceso electoral, con ellos desactivados, Rivera tiene el camino un poco, solo un poco más sencillo.
