El 22 de noviembre del 2018 un comando armado llegó y atacó a distintos comerciantes de la organización “12 de Febrero”.
Cuatro cuerpos quedaron tendidos sobre la sangre, que hizo un riachuelo por el bazar localizado a un costado del Mercado Unión, en el norte de Puebla.
Sin embargo, los atacados eran narcomenudistas y en realidad formaban parte de la banda de “Los Sinaloa”.
Esa misma noche, a unos kilómetros, dos cuerpos fueron encontrados envueltos en bolsas y cobijas en la colonia 20 de Noviembre.
Ese día en Puebla hubo en total 7 ejecuciones. Un hombre fue baleado cuando se ejercitaba en la Laguna de Chapulco. Pero el resto fueron ajuste de cuentas contra “Los Sinaloa”: los cuatro ejecutados del Unión y los dos de la colonia 20 de Noviembre.
Las agrupaciones locales buscaron contener a una competencia que les había crecido sin que pudieran notarlo.
Versiones de Inteligencia Estatal indicaron que esta banda llegó a Puebla por goteo a la Central de Autobuses de Puebla (CAPU), y los hospedó en una casa de seguridad —ubicada en la calle 74 Poniente entre la 23 y 25 Norte— en la colonia La Loma.
Al crecer, el grupo comenzó a controlar el bazar y cobraba piso a los locatarios, el principal contacto de Los Sinaloa fue en ese entonces un sujeto conocido como “El Cholo”.
Otros líderes comenzaron a ser identificados como “El Flavio” y “El Nariz”.
Unos fueron ingresados al penal de San Miguel, otros han caído entre las ejecuciones y ajustes de cuentas.
Pero “Los Sinaloa” crecieron de tal manera que se volvieron verdaderos depredadores de la zona norte.
Mataban incluso por deudas de 10 mil pesos.
A este violento grupo se le adjudicó la muerte del ciudadano italomexicano, Paolo Prato Paredes, el 19 de septiembre del 2018.
Prato Paredes acudió al Mercado Hidalgo con su madre y le avisó que la vería después, pues tenía que ir al Mercado Unión por otras compras. Las primeras versiones señalan que el joven de 28 años debía 10 mil pesos a “Los Sinaloa”. Días después su cadáver fue encontrado envuelto en cobijas en los límites de Puebla y Tlaxcala.
“Los Sinaloa” tuvieron problemas entre ellos mismos y al pelear por el liderazgo comenzaron a debilitarse.
El 14 de octubre del 2018 los cuerpos de estas tres personas fueron localizados sobre calle Cuauhtémoc y la primera privada Francisco I. Madero. Los cuerpos se encontraban envueltos en cobijas.
Durante la primera mitad del 2019 el poder de “Los Sinaloa” comenzó a disminuir.
Una banda, conocida como “Los Oaxacos” comenzó a pelearles el control del narcomenudeo en la zona norte de la ciudad hasta que se aliaron contra los grupos locales.
Ahora tienen mucha presencia, están ubicados en el norte y oriente, en el centro y en el sur de Puebla. Controlan La Loma, San Francisco Xochimehuacan, San Felipe Hueyotlipan, Bosques de San Sebastián, la Rivera Anaya, Héroes de Puebla, San José Los Cerritos, Constituyentes y San Bartasar Campeche.
“Los Sinaloa” están bien organizados. Información de fuentes policiacas señala que tienen a su verdadero líder en Atlixco. Desde ese municipio se surten.
El pasado viernes 7 de febrero se reportó la detención de una pareja en la colonia SNTE.
Marcos Humberto N. y su pareja tenían en su poder un cargamento de cristal listo para empezar a distribuirse.
En el domicilio encontraron un despacho jurídico que al igual que los vehículos y la droga decomisada, se mantiene bajo resguardo de las autoridades.
El detenido tendría entre sus encargos la expansión de “Los Sinaloa” al sur.
Hay más órdenes de cateo y aprehensión próximas a realizarse.
A unos metros de la colonia SNTE, en la 16 de Septiembre y el Periférico Ecológico, todo este fin de semana hubo un operativo filtro para revisar movimientos peculiares.
Las bandas locales parece que no resultaron suficiente para las autoridades poblanas porque dejaron crecer incluso a verdaderos capos fuereños.
¿Los dejarán seguir creciendo?
