El paso gris de Gerardo Islas por la actual legislatura del Congreso local es solamente un síntoma de su poca capacidad como diputado.
También es señal de que está nadando de muertito. No quiere embarrarse entre el escenario del estado y lo que pudiera amarrar dentro de Fuerza Social por México, uno de los partidos políticos en ciernes para el próximo proceso electoral del 2021.
Aunque aún se le considera miembro de Nueva Alianza, está a un paso de brincar de barco con la habilidad que le precede conforme a sus oportunidades.
Anda promocionando a Fuerza Social por México sin renunciar a los cargos actuales en Nueva Alianza.
Pero anda aún más callado y sigiloso desde que inició la persecución del presidente municipal Ignacio Salvador en Ajalpan.
Gerry no dice ni pío desde que Ignacio Salvador fue visible como el líder del Cártel de la Sierra Negra.
Sí, entendamos a ese grupúsculo como la horda de funcionarios y ex funcionarios municipales que en la región se embriagaron de poder durante el morenovallismo con negocios lícitos e ilícitos.
Quizá por eso a Gerardo Islas se olvidó de su habilidad como súper operador electoral en zonas como la Sierra Negra.
Pero lo que no se olvida es todo lo que generó en los últimos sexenios.
Recientemente, El Sol de Puebla publicó que el diputado local, todavía por Nueva Alianza, es el legislador más acaudalado hasta el momento en el Congreso del Estado, después de que reportó su declaración patrimonial por un monto de 54 millones 499 mil 765 pesos, que incluye ocho bienes inmuebles, cinco vehículos de lujo, joyas, muebles y obras de arte.
Entre ellas, una casa en Analco que todos recordamos porque fue el búnker de Nueva Alianza en las últimas elecciones.
Personas cercanísimas al buen Gerry recuerdan que Nacho Salvador entregó 50 mil pesos en una de las pasadas elecciones federales para cada uno de los candidatos a diputados.
¿Llegó el dinero a los respectivos candidatos?
Quién sabe.
Lo que sí es un hecho es que llegó el dinero a las oficinas de Analco.
Es más, esas oficinas también fueron remodeladas con el apoyo del líder del Cártel de la Sierra Negra.
Ignacio Salvador le entregó a manos llenas a Gerardo Islas confiado en que el sexenio de Martha Erika Alonso serviría para quedarse con toda la región.
Pero no pasó. Sabemos cómo terminó la historia.
Dicen que con dinero cualquier burro hace negocio.
Y lo mismo pasa a la hora de la operación electoral.
Cualquier burro con millones puede hacerse de un partido y movilizarlo como moneda de cambio para sus propios propósitos.
Gerry Islas de hecho tuvo su fuente inagotable con Ignacio Salvador y su grupo.
Inagotable hasta que vino la persecución del edil emanado de las filas de Nueva Alianza.
Ahora que Gerry coquetea con Fuerza Social por México, uno de los partidos políticos en ciernes para el 2021, ¿de dónde va a capitalizarse?
¿También lo hará de lo que queda del Cártel de la Sierra Negra?
