29 de Marzo del 2024

¿Quién mete su cuchara en la elección del Fiscal de Puebla?

Por Edmundo Velázquez / /

Cuenta hasta diez

 

Vaya, ni apueste.

En todas las mesas en donde se plantea el tema del próximo fiscal de Puebla existe una coincidencia.

Todos ven como tapado a Gilberto Higuera Bernal, el encargado de despacho desde la salida de Víctor Carrancá Bourget.

Aquí lo curioso es que, de último minuto, sin ser necesaria tanta faramalla, se planteó a la convocatoria de personajes que tenían que acudir para presentar su carta de interés ante el Congreso.

Hecho que no era necesario legalmente, pero que, seguro dejó tranquilos a un montón de personajes que se ven con el cargo.

Y entre los inscritos vimos de todos los perfiles.

Desde los ex empleados de Victor Carrancá y los abogados cercanos al movimiento de la Cuarta Transformación en Puebla… hasta ex funcionarios de los que teníamos rato de no saber de ellos, como el ex diputado local José Othón Bailleres o la ex funcionaria de Fiscalía, Maricela Pichón Acevedo.

De hecho, en parte el proceso seguro se abrió para tener tranquilos a los abogados más cercanos al movimiento.

Pero en el listado hubo un nombre que se llevó la nota: Rosa Celia Pérez González.

Pérez González, hasta donde sabemos continúa, como juez de control del Poder Judicial de Puebla pero que fue tristemente célebre por el caso Lydia Cacho.

Ella le dictó el auto formal de prisión a la periodista a solicitud del entonces presidente del Poder Judicial, Guillermo Pacheco Pulido como tantas veces ya se ha narrado, incluso en las actualizaciones del libro “Los Demonios del Edén”, libro que provocó la hecatombe en Puebla en el sexenio de Mario Marín.

Rosa Celia es amiga cercana del Consejero Jurídico del actual gobierno de Miguel Barbosa Huerta, Ricardo Velázquez Cruz.

Velázquez Cruz la defendió tanto a ella como a Blanca Laura Villeda, la entonces procuradora de Puebla cuando el caso llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

De buena fuente me mencionan que Rosa Celia fue la carta de Ricardo Velázquez en el proceso para elegir a un nuevo fiscal.

Y aunque el cargo, como dicen, está cantado para el fiscal metropolitano, Higuera Bernal, ¿como qué sentido tendría que Ricardo Velázquez metiera su cuchara en estos menesteres?

Bueno, basta recordar que a Velázquez le encanta soltar la versión de que el gobernador no firma nada que no pase primero por sus manos y que cuente con su previa aprobación.

A eso súmele que, incluso en el caso de algunas de la Notarías que están en revisión también está su largo brazo. Porque alguien está informando y asesorando a los notarios morenovallistas cómo poder ampararse a través de tribunales de lo administrativo y contencioso, así como lo hizo el ex jefe de Velázquez, Mario Marín.

Finalmente, Ricardo Velázquez no perdería la oportunidad de presumir que sus candidatos también juegan en la elección del próximo fiscal. Aunque nomás sean para el calambre mediático a Higuera.

Sin embargo, sería muy injusto catalogar a Rosa Celia Pérez González como una vil marioneta.

A su favor hay que decir que su carrera en el Poder Judicial, fuera del Caso Cacho, siempre fue apuntalada por su conocimiento jurídico.

A eso sume que cuenta con excelentes interlocutores, como Ana María Mendoza, abogada también muy apreciada por Barbosa.

No digo que ya la anote como la próxima fiscal de Puebla. No lo creo, todavía.

Pero no dude que podríamos verla con buen peso en próximos enroque.

Y a todo esto, a pesar de las listas de aspirante, el procedimiento obligado y el trámite ante el Congreso… ¿no es más que evidente que el propio Higuera chambea para quedarse?

El caso de la detención del activista y ambientalista Miguel López Vega es un ejemplo obvio.

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