25 de Abril del 2024

Contienda por Puebla, ¿candidato o proyecto?

Por Daniel Fajardo / /

Tras el hueco que ha dejado la muerte de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso, personajes que fueron el centro de la política en la región por muchos años, la pugna por rellenar ese espacio evidencía lo lejano que son los partidos del pueblo y que éste es usado solamente como un mero discurso para intereses partidistas.

¿Quién nos representa?

Claramente estos meses la discusión no se ha centrado en el proyecto que nuestro Estado necesita, sino en el desgastado debate de “¡Quién es el menos peor!”
Francamente estas discusiones mediáticas nos muestran lo lejano que son los políticos de los ciudadanos, con partidos desdibujados, carentes de credibilidad, conformados con integrantes de todas las ideologías y provenientes de distintas corrientes políticas ¿quién les cree cuando ni siquiera son capaces de dibujar un proyecto sólido de lo que su partido propone? La plataforma ideológica es la imagen superficial que cada institución intenta comunicar como un diferencial el cual, es vencido por la pugna de los partidos por la gran oportunidad que representa convertirse en el nuevo centro de la política en la región.
Disputa que se cierra entre los participantes de la contienda que poco miran al pueblo en sus discursos, que no los utilizan porque estos no funcionan en este momento, el proyecto de una región es innecesario, ahora lo que impera es un acto egoísta de simplemente demostrar ¡quién es el mejor!

¿A quiénes representan?

El cambio de gobierno debería sugerir, en el tema de la opinión pública, poner sobre la mesa la dirección que nuestro Estado necesita ¿en dónde está este argumento?
¿Existe algún poblano que se sienta identificado con quienes comienzan a apuntalarse como los posibles candidatos? ¿Cuando voltearán para mirar al pueblo?, ¿cuándo lo necesiten en la contienda por los votos? Hoy los precandidatos han olvidado un elemento fundamental, que el postulante dé la imagen de provenir del pueblo, de entenderlo porque vive las mismas circunstancias que sus conciudadanos, el problema es que el círculo se ha cerrado tanto que solamente somos testigos en medios de comunicación de estas luchas por el poder en donde toda la comunicación proyecta la necesidad de cada uno de los participantes de imponerse pero ¿Quién presenta y usa la bandera del bienestar social como su mejor argumento?, ¿qué credibilidad puede tener alguien que solo usará este recurso hasta que esté en campaña?
Pese a un contexto de honestidad, el hambre por el poder sigue siendo la misma y el ciudadano es un mero recurso electoral para fines de particulares, olvidando que es más importante el proyecto y la dirección que la figura que lo representa.

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