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Clavillazo al PRI

Por Zeus Munive / /

Enrique Ochoa Reza vino a Puebla a ensuciar la imagen de Manlio Fabio Beltrones y de Jorge Estefan Chidiac. El incipiente priista puso en ridículo a su antecesor. ¿Cómo?, preguntará el respetable. Y la respuesta está  en las disculpas ofrecidas a Blanca Alcalá porque su partido no fue lo suficientemente enérgico ante las acusaciones que le hicieron sus contrarios en la campaña.

“En Puebla vivimos violencia política. El partido no fue suficientemente rápido ni lo suficientemente enérgico para defender a nuestra candidata ante estos embates. A nombre del partido te ofrecemos una disculpa y que sea aquí en Puebla donde nos comprometamos a defender a las mujeres del PRI”, dijo el nuevo dirigente nacional del partido tricolor. 

De esa forma, quedó clara la línea presidencial para hacer a un lado a todo lo que huela a Manlio Fabio Beltrones. Esas críticas veladas también afectan a Jorge Estefan Chidiac, pues este es el líder del partido a nivel local, al igual que a José Chedraui, pues según Ochoa Reza no supieron defender a su candidata por no ser rápidos y enérgicos ante los embates.

Pobre Ochoa Reza, nada más vino a hacer el ridículo. 

Si supiera que su partido a nivel local se ha encargado de empoderar al PAN. 

Si supiera que en la Cámara de diputados local, han aprobado casi el 90 por ciento de las iniciativas que manda el gobernador Rafael Moreno Valle.

Si tan solo estuviera enterado que su dirigente a nivel estatal fue respaldado para que en el 2015 ganara la diputación federal de Izúcar de Matamoros.

Pobre Ochoa Reza tan solo si cambiara su cara de Clavillazo al ofrecer disculpas y le hubieran dicho que el PRI ha aprobado todas las cuentas públicas del gobernador poblano.

Si supiera que en el 2013 y en el 2016 mandaron a dos candidatos que se han enriquecido inexplicablemente: Enrique Agüera (por la alcaldía poblana) y Blanca Alcalá en el 2016. Si tan solo supiera que en ambos casos tenían información no sólo pública sino privada que podría afectar no solo sus aspiraciones sino su vida pública.

Hay mucha tela de donde cortar.

El dirigente del PRI ojalá supiera que sus correligionarios priistas están divididos, al grado que el ex delegado del CEN, Ismael Hernández Deras, después de su honroso papel salió de Puebla para nunca volver por ver tanta confrontación interna.

Si Enrique Reza tan solo le hubieran pasado un reporte de lo que es el priismo poblano desde los tiempos de Mario Marín para acá, para que supiera lo que estaba diciendo.

El presidente del PRI al ofrecer disculpas no solo hundió más a su partido, no solo quedó clara la división con el beltronismo de parte de Peña Nieto y toda la gente que lo rodea, sino que vino a justificar la corrupción en la que había incurrido Blanca Alcalá y porque es una mujer que nunca cumplió con sus acuerdos.

Muchos lo saben, Blanca Alcalá, tras su paso por la alcaldía incumplió con su palabra, a muchos los dejó mal, nunca quiso asumir una responsabilidad y quedó mal con mucha gente.

Ochoa Reza vino a Puebla a demostrar que no tiene ni idea de lo que pasa en su partido. Sus disculpas ofrecidas solo lo pusieron como lo que es: un advenedizo y un personaje quien es creación de un grupo en el poder que tiene la peor imagen en la historia de país.

Ese es el grupo que representa Ochoa Reza, el del presidente en funciones peor calificado en México.

Las disculpas del ex titular de CFE a Blanca Alcalá solo sirvieron para justificar y hacer una apología de la corrupción. No hay mucho que esperar, si la esposa de Peña tiene su casa blanca, y una  exalcaldesa sus casas blancas, departamentos y gasolineras.

 Que los perdone el PRI.

 

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