Wednesday, 24 de April de 2024

Dios en el Poder

Martes, 20 Enero 2015 02:31
Selene Rios Andraca

Moreno Valle contra los estudiantes-ninjaterroristas de la BUAP y la Ibero

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Clap.
Clap.
Clap.
Bravo.

En Puebla cualquier persona es libre de quejarse con pancartas, injurias, lonas, canciones, grafitis y rechiflas contra su Gobierno, con la única salvedad que la manifestada se paga, ni más ni menos, que con cárcel, secuestro exprés y unos cuantos y bien acomodados madrazos policiacos. —Ahí usted sabe si se pone gritón-quejoso-rebelde-estudiante-terrorista-mugroso o deja salir el jipi que lleva dentro—.

Más allá de que Rafael Moreno Valle tenga planes presidenciales; Cuartos informes cargados de mentiras; obras con retrasos y sobrecostos; índices alarmantes en pobreza, desarrollo humano y social; del arsenal de obras estúpidas que prenden luces de colores o tiran agüita a borbotones; decisiones atroces como la privatización del agua y la #LeyBala, así como un gobierno expuesto nacional e internacionalmente por sus actos de corrupción, el problema más peligroso y denigrante es que hoy en Puebla no caben los manifestantes ni los críticos ni los opositores.

En algún momento, unos, otros y los demás terminan golpeados, perseguidos, detenidos y encarcelados con un sinfín de delitos a cuestas que los obligan a vivir tras las rejas algunos años por la osadía de confrontar a su gobierno.

Desde que los Diputados —inserte aquí una mentada de madre sonora, por favor— aprobaron la Ley Bala a principios del 2014, el gobierno morenovallista y su nada sádico secretario de Seguridad Pública, Facundo Rosas, se han encargado de agarrar a madrazos y a proyectilazos de gas a cualquier Fulano o  Fulana que se le ocurra gimotear en público sus problemas con la autoridá.

Ejemplos sobran: Chalchihuapan, Tehuacán, transportistas, mototaxistas y cholultecas. Hoy a esa lista negra de poblanos perseguidos se suman los estudiantes-ninjaterroristas de la Ibero Puebla y de la BUAP.

No cualquier tipo de estudiantes, sino los ¡Ninjaterroristas!

Muy estudiantes, muy estudiantes, pero los Policías de Moreno Valle encontraron entre sus mochilas y sus morrales roídos, algunas armas de uso exclusivo de espías y samuráis:un lapicero con la tinta regada, unas muy afiladas hojas arrugadas, un lápiz sin p-u-n-t-a (para no levantar sospechas) así como restos de una torta de huevo con chorizo.

¡Ajá! 

Bendito sea Dios, los Policías detuvieron a esos rufianes.

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Los muchachitos llegaron a la inauguración del Hospital del Niño Poblano a exigirle a Enrique Peña el regreso de los 43 normalistas de Ayotzinapa y para alzar la voz por los presos políticos del morenovallismo.

Justo cuando llegaron los Policías hasta las puertas de la UIA,los condenados estudiantes desintegraron con sus polvos mágicos-desintegradores el arsenal de armas peligrosas y hasta nucleares que llevaban en sus morrales sospechosamente sucios y fingieron ante los Policías del Estado y del Municipio ser unos simples manifestantes con pancartitas y mentadas de madre.

Por supuesto que la Policía de Moreno Valle no se dejó engañar y en un análisis rápido en el iris de los estudiantes-terroristas detectaron los restos de los polvos mágicos-desintegradores y detuvieron a dos —relacionados con los grupos talibanes que mataron al ex novio de la Spears, según los informes del brillante Facundo Rosas— Sharid Guerrero de la Facultad de Computación y Edgar Juárez, de Ciencias Químicas (¡Ciencias Químicas, eh? ¿Antrax?) de la máxima casa de estudios.

Durante la gresca en la que los inteligentes y bien entrenados Policías de Moreno Valle detuvieron a los estudiantes-terroristas-desestabilizadores, los honrados agentes policiacos se vieron obligados a golpear a cinco estudiantes-ninja-rebeldes de la Ibero Puebla.  

¡Bien por esos Polis que nada los amedrenta!

Para meterles miedo y para obligarlos a confesar su participación en todos los atentados fundamentalistas y en las conspiraciones del mundo para derribar a Enrique Peña y a Moreno Valle, los Policías de Puebla secuestraron a esos dos terroristas por más de una hora y los llevaron a dar un paseíto por ahí para darles de comer un sándwich de nudillos.

Mientras eso sucedía, el estudiante de Arquitectura Gustavo Armando Reyes y sus amigos se manifestaron en las puertas de la Procuraduría General de Justicia. Pero Gustavo Armando cometió un error: no contó con la inteligencia del cuerpo policiaco y no pudo esconder su arsenal nuclear que llevaba en la mochila disfrazada de manzana amarilla pachicha, y por supuesto, ahí mismo fue detenido por ser el tercer peligroso estudiante-terrorista.  

Seis horas más tarde los estudiantes fueron liberados porque la PGJ de Puebla no pudo comprobar los nexos con Al Qaeda. Tampoco la participación en la muerte del novio de la Princesa del Pop. Ni las armas nucleares ni de alto calibre.

De hecho, descubrieron que la manzana pachicha era una manzana pachicha; que el lápiz sin punta, en efecto era un lápiz sin punta; que la hoja arrugada no contenía ningún elemento tóxico y que el lapicero no pintaba porque tenía la tinta seca. (Sobre los restos de la torta de huevo con chorizo ya ningún agente policiaco quiso hablar, para no verse ridículo)

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La Procuraduría General de Justicia se vio obligada a dejar en libertad a los muchachos — a pesar de que un día pueden provocar la muerte de inocentes con alguna palabrota o una pancarta de color fluorescente— debido a la presión social de la Ibero, de la BUAP (con algunas horas de retraso) y  de las redes sociales.

De otra manera, Sharid Guerrero,  Edgar Juárez y Gustavo Armando Reyes hoy tendrían un serial interminable de delitos graves y muchos días por delante en la cárcel.

Pero hay unas cuántas cosas que me asfixian ante la indignante detención y golpiza de los alumnos de la BUAP y de la Ibero:

¿En qué momento el gobierno de Rafael Moreno Valle nos arrebató el derecho a mentarle la madre a él o a Peña Nieto o a quién sea?

¿En qué momento el manifestante —por grave o simple que sea su queja— debe pagar con cárcel y golpes su derecho a inconformarse?

¿En qué momento Puebla se convirtió en el Estado en el que todos debamos estar mudos para no estar en la cárcel?

¿Por qué Rafael Moreno Valle cree que puede arrebatarnos nuestro derecho a la expresión?

¿Por qué jodidos Rafael Moreno Valle cree que puede arrebatarnos nuestro derecho a la manifestación?

La ignorancia de este gobierno en materia de Derechos Humanos promete más excesos, más detenciones y más muertes.

Ya por Dios, Rafael, tómate un passiflorinne y tus pastillitas y déjanos en paz.

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