Friday, 29 de March de 2024

Dios en el Poder

Jueves, 09 Julio 2015 01:41
Selene Rios Andraca

Chalchihuapan es el destino de Moreno Valle

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Han pasado 365 días desde el cruento desalojo en la Puebla-Atlixco en el que los Policías del Estado de Pueblale arrebataron la vida al niño José Luis Tlehuatle y el gobierno de Rafael Moreno Valle se rehúsa a reconocer su error.

Han pasado 365 días desde que los Policías de Rafael Moreno Valle mutilaron y dispararon a los habitantes de Chalchihuapan —mujeres, niños, ancianos— y el gobierno estatal se rehúsa a pedir una disculpa pública.

Han pasado 365 días desde que el Gobierno de Rafael Moreno Valle criminalizó y encarceló a habitantes de Chalchihuapan por exigirle a su gobierno el derecho a tener en su comunidad un registro civil y algunos siguen en  la cárcel.

Han pasado 365 días desde que el Gobierno de Rafael Moreno Valle inventó la absurda versión de que fue un cohetón con súper-poderes disparado por un infiltrado el que asesinó al hijo de Elia Tamayo y nadie está en la cárcel por ese crimen.

Han pasado 365 días y Rafael Moreno Valle sigue sin entender que por su culpa y por su Ley Bala un niño de 13 años perdió la vida.

Han pasado 365 días y Moreno Valle —para desgracia suya y de nosotros— no entendió la lección.

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La actitud del gobierno morenovallista sobre Chalchihuapan no ha cambiado con el paso de los meses. La postura se mantiene sobre la insensibilidad y el hermetismo: la Ley Bala sigue vigente y disponible para cualquier manifestación; los habitantes de la pequeña comunidad temen por su integridad; ninguna víctima ha sido indemnizada; los policías responsables del asesinato estuvieron en la cárcel unas cuantas semanas y Moreno Valle se niega con todas sus uñas a reconocer públicamente que sus Policías cometieron un trágico e irremediable error.

El único que mantiene abierta la herida en Chalchihuapan es Moreno Valle y es a la vez el principal afectado por su proyecto presidencial en el 2018,pues donde quiera que vaya y para donde voltee alguien de alguna manera u otra le recordará su incapacidad para reconocer un error o para algo tan sencillo como ofrecer una disculpa.

Por su necedad, el gobernador hoy está entrampado en Chalchihuapan por cuestiones jurídicas y morales. La Comisión Nacional de Derechos Humanos ha reprochado en más de tres ocasiones la falta de cumplimiento a la recomendación 2VG/2014 y ante los poblanos quedó como un hombre soberbio y cerrado.

Quizá Moreno Valle no ha entendido que las disculpas públicas no son para que las víctimas duerman tranquilas o vivan en santa paz —Ellos respirarán otra vez cuando el morenovallismo llegue a su fin y cuando sus presos queden en libertad—. El objetivo central de las “disculpas públicas” es, amén del reconocimiento de un yerro,mejorar la imagen de un gobierno que abusó de su poder. El único beneficiado en acatar la recomendación de la CNDH sería él y nadie más que él.

En el hipotético caso de que sea candidato a la presidencia, su argumento de defensa hubiera sido —ese verbo inalcanzable— que cumplió con la recomendación de la Comisión y que sus policías pagaron con cárcel el asesinato del niño. Pero no podrá decir ni una cosa ni la otra. Deberá cambiar de tema, manotear furibundo o voltear los ojos, porque no tendrá nada para defenderse de su cruz.

Moreno Valle es pues su peor enemigo.No sólo carga con Tlehuatle, los mutilados, los presos políticos, la Ley Bala, la impunidad de sus policías, el valemadrismo del dolor de esa comunidad y encima de todo con su necedad para acatar la recomendación de derechos humanos.

Puf.

¿Qué tan buena campaña es evidenciar a un candidato a Presidente de México como un intolerante, insensible, responsable indirecto de la muerte de un niño, implacable con sus críticos y que desdeña a la Comisión de Derechos Humanos?

Los rivales políticos del morenovallismo ya tienen bastante material para cachetearlo públicamente: la corrupción en la obra pública; las #Rafaocurrencias, los presos políticos; el tren climatizado de 800 millones de pesos; las fuentes danzarinas de más de 30 millones de pesos; las concesiones de carreteras y agua potable; los PPS —y un largo etcétera—, y la cereza del pastel: Chalchihuapan.  

Ha pasado un año desde la desgracia y Moreno Valle aún no aprende la lección y por el camino que ha tomado, supongo que ya no lo hará.

La soberbia preparará en su momento la tumba del morenovallismo.

Chalchihuapan es el destino de Moreno Valle.

Ni hablar, cada quién elige su veneno.

Queda.