Eso de no ir acabar la secundaria anda de moda.
Mi Carmelita Salinas es diputada y apenas y tiene la primaria.
La tal niña esa de La Mars se salió porque nomás no le salían bien los palitos y las bolitas en su clase de manualidades y el profe se le ponía perro.
Belinda se cae de buena, balbucea inglés y hasta novio gringo se agarró. Y no me digan que es universitaria o tiene una maestría.
Que lo de hoy es ser bien bestia y armarla a lo grande.
Por eso para todos los subnormales –como varios de mis compadres de la sección de frutas y verduras en La Central de Abastos– ya existe la posibilidad de volverse famosos sin grandes esfuerzos.
Para eso pueden renunciar a sus sueños profesionales, encuerarse y volverse famosos y aplicar para ser parte de la nueva edición de Cacapulco Shore.
Perdón, Acapulco Shore.
Ya saben… Donde se volvió famosa la sabrosa de La Manelik…
Esa que canta esa bonita canción de “Rico”.
Esa que dice “Yo si cojo rico, todo lo hago rico”.
Ya lo sé.
Ma-ma-ci-ta.
A ella no le pedimos la licenciatura y si no tiene la primaria acabada pues se lo perdonamos.
Si todas las de Cacapulco Shore se ven como Mane pues me urge ponerme como chacal.
Mamey como diablillero de la Central.
Como brazo de gitano.
Ojalá y la Mane me haga caso si un día acabo en Cacapulco Shore.