Sunday, 05 de May de 2024

Dios en el Poder

Martes, 08 Septiembre 2015 02:40
Selene Rios Andraca

A Moreno Valle (también) se le hinchan las manos de tanto aplaudirle a EPN

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Sólo hay algo más triste que ver a Andrea Legarreta y Galilea Montijo alabando en cadena nacional al presidente Enrique Peña Nieto por las reformas estructurales y ese algo es ver al gobernador Rafael Moreno Valle adulando públicamente, de un lado y del otro, al presidente Enrique Peña Nieto por cualquier cosa que cruce por su mente.

Aplauso aquí, halago allá, lengüetazo acullá.

Creo que la condición zalamera presidencial  es una herencia priista que no cualquier político puede sortear en la vida aunque cambie de partido a cada rato ¿O acaso soy la única que cree que Moreno Valle es más Peñista que Chong-Videgaray-Robles-Arreola-Dóriga-Marín-BeltrándelRío-etcétera?

En lugar de mostrar un dejo de dignidad o un viso de molestia ante las barrabaadas peñistas de los últimos días (incluyendo las calcetas), Moreno Valle está trepado en el tren del halago y del lengüetazo presidencial, como si no hubiera pudor en este mundo.

Mientras el país entero se indigna contra el gobierno de Peña Nieto por las conclusiones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes(GIEI) —designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)— por la barbarie en #Ayotzinapa, Moreno Valle se inclinó por empalagar al presidente con mimos y cariñitos.

¿En qué país vive el gobernador poblano que lo único que hace ante el Presidente es ponerse de rodillas?

Un día después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos enterrara la “verdad histórica” sobre la ejecución de los 43 normalistas guerrerenses, al asegurar científicamente que no hay rastros ni pruebas de su cremación en el basurero de Cocula, el gobernador Moreno Valle se pone a felicitar al presidente por “cerrarle el paso a la demagogia”.

¡Felicitó al Presidente!

¡Felicitó a Peña Nieto!

—Nadie en su sano juicio felicitaría a Peña Nieto después de la conclusiones de la CIDH, nadie en su sano juicio, sano-juicio-nadie—.

No, Moreno Valle no le reclamó la investigación falaz de la Procuraduría General de la República sobre los normalistas.

No, Moreno Valle no reprochó la mentira histórica del gobierno peñista sobre la desgracia en Guerrero.

No, Moreno Valle no fue capaz ni de mencionar el tema que tiene indignado e incinerado al país entero.

Y eso que jura que quiere ser presidente de México.

Moreno Valle optó por sumarse a la andanada contra López Obrador, porque claro la “demagogia” es lo que más le importa a los poblanos-mexicanos, y no el dólar, el Chapo, la seguridad.

Prefirió aplaudirle al presidente hasta que se le hincharan las manos, como a Ricardo Anaya —Corral dixit—.

“Señor presidente el llamado que usted le ha hecho a los ciudadanos, de recuperar la confianza, fortalecer la unidad interna, consolidar las instituciones y cerrarle el paso a la demagogia no pudo ser más pertinente, en este sentido frente a los retos que tenemos por delante. Hoy como ayer le refrendo mi voluntad y compromiso para seguir trabajando bajo su liderazgo junto con los representantes de las fuerzas políticas”

Poco importa si el dólar se dispara; si la PGR inventa versiones sobre los 43 desaparecidos; si el Chapo se escapa de una cárcel de alta seguridad; si la CIDH desnuda al peñismo; si la barbarie en Iguala sigue impune; si la masacre en Tlatlaya también. Vale madre. Lo más importante es atacar a López Obrador.

Ay Jesucristito, se me corta la leche.

El discurso desabrido de Moreno Valle ante la problemática nacional lo mantiene hundido en el ranking de intención de voto para el 2018(77 por ciento de los mexicanos nunca votaría por él, nunca de los nuncas, según Reforma). Poco importa si le mete lana a medios nacionales, a despachos de imagen o a las televisoras, si Moreno Valle es un producto político insípido e incoloro.

El camino de la zalamería que tomó Moreno Valle desde diciembre de 2012 y que ha tenido puntos tan bajos como en agosto de 2014 cuando pagó desplegados en medios nacionales para agradecerle férreamente la obra del Segundo Piso de la Autopista, lo está arrastrando al descrédito del peñismo.  

Erigirse como el Gran Adulador del Peñismo no puede, de ninguna manera, ser el camino correcto.

Ser cobarde no puede, de ninguna manera, ser el camino correcto.

Miau.
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Parque Ecológico, la amenaza latente (contra ciclistas)

El sábado pasado la probabilidad fatalista me alcanzó. Corría con el aire en la cara y la mente en mil cosas cuando un señor, su esposa y su hija pequeña atravesaron pazguata e imprudentemente la ciclopista del Ecológicoy, a pesar que les rogué tres vueltas seguidas desalojar la pista y de mi intento desesperado por frenar, me fui al piso sin reparo alguno.

Lo único que quería hacer cuando sentí las piedras en mi cara, en mi manita izquierda, en mi nalga ídem y en mi hombro re-ídem era ponerme a llorar unas dos horas hasta que me dejara de doler algo.

Una vez que las lágrimas se me secaran, lo único que querría hacer era vengar mi caída contra todos: la familia que se me atravesó; los policías que permitieron la invasión de la ciclopista por peatones; la constructora Eura por cobrar 163 millones de pesos y olvidar la señalética para evitar accidentes; la Secretaría de Infraestructura por aceptar la obra con los “olvidos” de la Grupo Constructora Eura y contra la Secretaría de Turismo por ignorar los cientos de reportes por el mal uso de la ciclopista que ha ocasionado tantos accidentes —nomás me siento y me acuerdo— desde la reapertura del Parque Ecológico.

Grrr.

Con el coraje contenido y las lágrimas a punto de estallar, me subí a la bicicleta y regresé a la casa para llorar en privado y para escribir esta columna, esperanzada en que me deje de doler la cola en algún momento.

Snif. Snif.