El pintor y escultor colombiano Fernando Botero murió este viernes a los 91 años de edad, debido a una neumonía que se atendía en un hospital de Italia, donde residía desde hace varias décadas.
A raíz de esta noticia, en Medellín se declararon siete días de luto en honor al artista paisa. Cabe mencionar que es uno de los artistas más conocidos a nivel mundial. Esto gracias a su estética de figuras voluminosas, aunque él siempre negó estar obsesionado con la “gordura”.
Botero nació en Antioquia el 19 de abril de 1932 y aunque su sueño era ser torero, eligió la pintura para desarrollar sus habilidades y destrezas con el pincel y a los 16 años vendió su primera obra que irónicamente se trató de un matador. Aunque su popularidad tardó en llegar gracias a su estilo figurativo entre el pop y el abstracto.
Fernando Botero murió a los 91 años en su casa de Mónaco, donde hasta la semana pasada seguía pintando a pesar de padecer Parkinson, pero la neumonía complicó su estado de salud.
Su hija, Lina Botero Zea, fruto de su primer matrimonio, aseguró que falleció en paz en la comodidad de su casa, como su último deseo.
“Murió tranquilamente, en paz. Estábamos con él agarrados de la mano, dio su último suspiro y se fue en paz”.
Botero Zea agregó que tras la muerte de su esposa, la artista Sophia Vari, por complicaciones en el cáncer que padecía, el estado de ánimo y de salud de Fernando Botero se deterioró considerablemente; Sophia Vari murió hace apenas tres meses.
Actualmente, tiene obras en museos de París, Alemania, Suiza, Nueva York, Giza, Pekín. Chile, Colombia, Corea del Sur, Israel, Japón, Latinoamérica.
El Caballo de Botero en Puebla
Aunque usted no lo crea, Puebla tiene una obra de Botero. Se trata de un “Caballo” ubicado en el Centro Comercial Triángulo Las Ánimas en la ciudad de Puebla. La obra de bronce fue creada en 2013 en Italia y cuenta con tres metros de altura.
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La escultura se convirtió en un referente de la plaza comercial y tanto poblanos como turistas pudieron apreciarla en el tiempo en que se encontró en la ciudad. Cabe destacar que la obra formó parte de la exposición que montó Botero en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
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