La temporada del Día de Muertos siempre trae leyendas que sorprenden o asustan a quienes las escuchan y ese es el caso de La Planchada.
Se decía que era una enfermera que ayudaría a los enfermos a sanar en el Hospital de San Pablo, ahora llamado Hospital Juárez de la Ciudad de México (CdMx).
Según la leyenda de La Planchada, los pacientes que eran invadidos por el insomnio eran atendidos hasta la madrugada por una hermosa y amable enfermera que los escuchaba con una admirable paciencia.
Sin embargo, al día siguiente, el personal del hospital desconocía a la mujer con el uniforme blanco perfectamente planchado y almidonado que los pacientes describían.
Pues a pesar del arduo trabajo que representaba atender a los enfermos, la mujer siempre se aparecía elegante y pulcra.
¿Quién fue La Planchada?
Cuenta la leyenda que La Planchada era Eulalia, una bella mujer que vivió en la CdMx a principios del siglo XX y trabajaba como enfermera en el hospital de San Pablo.
La Planchada era una mujer entregada a su trabajo hasta que conoció a Joaquín un joven médico prominente con fama de mujeriego.
A pesar de ello, Eulalia y Joaquín comenzaron una relación y poco tiempo después él le pidió matrimonio. Emocionada y feliz, Eulalia aceptó sin dudarlo.
Sin embargo, solo unos días después se enteró que Joaquín se había ido del hospital a impartir un seminario que duraría 15 días. Pero antes de irse Joaquín le prometió que se casarían a su regreso.
La Planchada lo esperó por varios días, hasta que un compañero del hospital se acercó a ella solo para informarle que Joaquín había renunciado a su cargo y se había casado con otra mujer.
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Tras la noticia, La Planchada cayó en una fuerte depresión y tuvieron que internarla en el mismo hospital donde trabajaba.
La enfermera no pudo salir del colapso emocional en el que cayó, por lo que ya no pudo seguir atendiendo a más pacientes, varios de los cuales fallecieron.
Luego de morir, se dice que La Planchada comenzó a rondar los pasillos del hospital para atender a los pacientes, ya que se siente culpable por abandonarlos al sufrir un desamor.
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