Los sismos registrados en Turquía y Siria desde el 6 de febrero pasado han dejado ya un total de 47 mil 200 personas muertas, cifra que podría subir conforme se recuperen más cuerpos de entre los escombros. Otro sismo de magnitud 6.4 que golpeó esta semana la maltrecha provincia de Hatay dañó o derrumbó nuevos edificios, lo que aumentó la devastación.
El Ministro turco del Interior, Suleyman Soylu elevó el jueves el número de muertos en Turquía por el terremoto de magnitud 7.8 a 43 mil 556. La cifra total con Siria alcanzaba ya los 47 mil 244.
En una entrevista con la televisora estatal TRT el miércoles por la noche, Soylu dijo que los equipos de búsqueda seguían trabajando en dos edificios de la afectada provincia de Hatay en busca de más cuerpos. Las operaciones de búsqueda en otros lugares habían terminado, señaló.
Al menos 164 mil edificios se han venido abajo o están tan dañados que deben demolerse, apuntó Murat Kurum, Ministro turco de Medio Ambiente y Urbanización.
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Los sirios se cobijan en carpas y autos tras el terremoto
Miles de niños y decenas de miles de familias se han cobijado en autos y carpas “por temor a sufrir una repetición” de los sismos en Turquía, que ya dejaron 47 mil 200 personas muertas, dijo la organización local de defensa civil en el noroeste de Siria, conocida como “Cascos Blancos”.
En la zona de Siria controlada por el Gobierno, un primer avión de Bahréin con material de ayuda aterrizó en Damasco. El reino del Golfo Pérsico está entre los muchos países árabes que han intentado mejorar en los últimos años las relaciones con el Presidente, Bashar Assad, al que habían repudiado en 2011 por su brutal represión de manifestantes.
También Arabia Saudita y Egipto, dos aliados claves de los Estados Unidos en esta región, han proporcionado ayuda.
–Con información de Sin Embargo
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