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Beberly Vega Oropeza vivió una pesadilla al ser señalada por los policías municipales de Cuautlancingo por lesiones e intento de robo, aunque se registraron tres llamadas para reportar el ataque que sufrió por parte de Romeo N, chofer de Uber.

Tres distintos testigos vieron a un hombre, Romeo N, cerca de su vehículo Uber, –un Toyota Yaris, de color gris, placas PRP463-A, de Puebla– sometiendo con una de sus piernas a la joven, tomándola de los cabellos con la cara contra el suelo.

Las tres llamadas fueron básicas para Beberly, además de la contradicción en la que cayó el chofer Romeo N, en dos entrevistas que le hizo la Fiscalía General del Estado. En la primera dijo que había dado por terminado el viaje antes de la riña con Beberly, porque le había dicho que se bajara. Sin embargo, en una segunda declaración admitió que nunca dio por terminado el viaje, por lo que al momento del ataque a la joven tenía más de 6 horas registradas con el servicio de Uber. Incluso esta captura de pantalla fue parte de la carpeta de investigación.

La juez Karla Patricia Ambrosio aplicó los criterios de perspectiva de género, por lo que cuando la defensa de Beberly explicó que actuó en legítima defensa y advirtió que la Fiscalía de Puebla no había entregado toda la información en al audiencia de control de detención, decidió revertir los cargos y que la joven veracruzana fuera liberada.

El relato de Beberly

Durante la segunda audiencia de Beberly en la Casa de Justicia de San Andrés, a la que ingresó PÁGINA NEGRA, la abogada de oficio solicitó que la joven hiciera uso de su derecho para tomar la palabra, e inició un interrogatorio. Cuando le preguntó por qué se encontraba ella relató lo que había vivido la noche del 21 de enero del 2022.

La estudiante de Ingeniería en Mecatrónica, en el Instituto Tecnológico de Tierra Blanca, salió de sus prácticas en una empresa en la zona industrial de Sanctorum. Beberly incluso se quejó con una prima con la que hablaba por Whatsapp que el chofer de Uber había tomado la peor ruta porque estaba tardando demasiado. En la esquina de la calle Revolución y Río Atoyac, en Sanctorum, notó que el chofer, identificado como Romeo N, cambió la ruta y comenzó a sentir angustia y pánico.

“Le pregunté al chofer por qué hacía eso. Su respuesta fue muy grosera, dijo que era su servicio y que estaba haciendo la ruta”.

Beverly insistió en que no se sentía cómoda y le dijo al chofer que por favor parara porque se quería bajar ahí, así que le pidió que diera por finalizado el viaje.

Beberly le pidió a Romeo que no le hiciera daño, que solamente la bajara ahí pero que no la lastimara. En ese instante el hombre sacó un cuchillo y se lanzó contra ella. Ella alzó las manos para intentar defenderse y cubrirse. El chofer la hirió en la mano derecha con el cuchillo. Y comenzaron a forcejear.

“Le dije que me quería bajar ahí. Pero lo que hizo él fue acelerar el carro y poner los seguros. Yo no me podía bajar. Sentí mucho miedo porque vi cómo se quitó el cinturón, se desabrochó el pantalón y sacó un cuchillo”.

“Yo solamente levanté las manos. Le pedí que no me hiriera y él solamente dijo: ‘Te callas hija de tu puta madre. Y haces lo que yo te diga o te va a cargar la verga’. Seguí forcejeando con él para que no me hiciera daño. No sé cómo fue que él se lastimó, yo solamente me defendí.”

La versión del chofer coincide con el pleito con Beberly, pero negó un ataque. Él solamente dijo que sintió que le puso “una navaja en el cuello”, aunque entre los objetos decomisados en el sitio por los municipales de Cuautlancingo se encontró el cuchillo de 20 centímetros que coincide con lo relatado por Beberly.

Beberly indicó que cuando pudo zafarse y bajar del carro se golpeó con la puerta en la rodilla izquierda y se cayó. Ahí fue que el conductor del Uber se abalanzó contra ella y la sometió, la tomó del cabello y puso su cara contra el suelo. Un guardia afuera de una nave industrial alcanzó a ver la riña y escuchar los gritos de Beberly que solicitaba ayuda. Desde la pluma de su caseta de seguridad llamó al número 911.

Pero el chofer usó todo su peso contra ella y la tenía sometida cuando la vieron dos jóvenes que viajaban en una motocicleta. Incluso intentaron intervenir, pero uno de ellos dijo: “Vámonos, déjalos que se maten”. Al parecer pensaron que se trataba de un pleito de pareja.

Cuando la joven se pudo zafar de nuevo, corrió nuevamente una cuadra adelante y evadió al chofer dando vueltas a otro auto. En ese momento una mujer alcanzó a ver desde el segundo piso de una casa lo que ocurría. Beberly volvió a pedir ayuda. La señora marcó al teléfono y avisó que venía la patrulla. Pero el chofer la alcanzó y la arrastró de banqueta a banqueta.

“Me puso una pierna encima de mí y después de eso llegó la patrulla. Él se estaba sangrando de la cara y cuando los policías llegaron preguntaron qué pasaba. Él les dijo que había intentado asaltarlo”.

Los uniformados eran policías municipales de Cuautlancingo quienes le creyeron a Romeo, el chofer de Uber. Quien además aderezó su historia diciendo que se sentía mal, que llamaran a la patrulla. Y se desvaneció. Beberly ya estaba esposada y acusada por las lesiones que presentaba Romeo en la cara.

Los médicos legistas confirman que el chofer de Uber resultó con una herida en el cuello, una en la frente y una en el meñique de la mano derecha. Aunque las heridas eran leves, la Fiscalía sentenció que podrían poner en riesgo su vida porque la lesión del cuello estaba cerca de la yugular. Pero, durante la audiencia del viernes, una semana después, el chofer ya no contaba con ningún vendaje en el cuello. En cambio, sí exageró con un parche en el rostro y tenía toda la mano con vendas pero estuvo moviéndose normalmente durante la audiencia.

Leslie presentó según el médico legista de Fiscalía la herida en la mano de más de cuatro centímetros que le hizo el chofer con el cuchillo, la herida de la rodilla, marcas y escoriaciones en brazos y en piernas.

Las llamadas al número 911 de Beberly

A favor de Beberly estuvieron los tres reportes al número de emergencias del 911. Según la Carpeta de Investigación, constan las tres llamadas. La primera realizada alrededor de las 19:09:15 realizada por un hombre que textualmente señaló: “Estan ahorcando a una mujer, un hombre la tiene sobre el suelo”. El testigo identificó un vehículo Uber, Toyota Yaris, gris. El auto de Romeo.

El segundo reporte al 911 llegó alrededor de las 19:12:14. El usuario de una línea de teléfono fijo solicitó una patrulla porque una mujer estaba siendo golpeada. También reportó que se encontraba sometida y cerca de un auto Toyota gris.

El tercer reporte fue realizado por una mujer, diciendo que un hombre golpeaba a una mujer. Al parecer se trató de la señora que vio los hechos desde el segundo piso de su casa. Las tres llamadas fueron catalogadas como servicio para ser atendidos por violencia a la mujer.

Pero, a pesar de que los servicios fueron motivados por la violencia contra la joven, los dos uniformados que llegaron al punto creyeron en la versión que les dio Romeo, quien pidió que Beberly fuera detenida por ser una ladrona y después se desvaneció.

Incluso, la versión del asalto fue dada a conocer y filtrada por los elementos de Cuautlancingo. Originalmente se reportó el hecho como un ataque e intento de asalto contra un chofer de Uber por parte de una mujer. Esta misma versión también fue filtrada por el propio chofer en grupos de la aplicación con sus compañeros.

Como PÁGINA NEGRA informó, tras pasar una semana en el penal de San Pedro Cholula, Beberly fue liberada en la Casa de Justicia de San Andrés, luego que la juez Karla Patricia Ambrosio tomó los nuevos datos de prueba para considerar que actuó en legítima defensa y por el temor de ser víctima de ejercer su libertad sexual al encontrarse retenida en un vehículo, en una zona industrial y sometida por el conductor de Uber.

La liberación de Beberly
La liberación de Beberly. Foto: EDMUNDO VELAZQUEZ
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Edmundo Velázquez

Edmundo Velázquez

Es egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y cursó la maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos...