Los morenistas de las bases están muy enojados, más que enojados. Vomitan bilis y sustancia verde de El Exorcista y no es para menos, tienen razón, es justo su reclamo.
Ellos le apostaron todo a Andrés Manuel López Obrador. Salían a las calles a repetir el Regeneración, el periódico oficial del lopezobradorismo.
Hicieron las primeras brigadas para llevar la palabra de López Obrador a cada rincón del país. Pegaron pendones, lloraron ante la derrota e hicieron guardia en todo el plantón de López Obrador en Reforma.
Ellos hicieron las asambleas ciudadanas, organizaron la defensa del voto, organizaron las asambleas para que Morena fuera partido político.
Sí, ellos estuvieron siempre del lado correcto de la historia cuando Tony Gali andaba de presidente municipal de Puebla por el PAN y de la mano de Moreno Valle.
Cuando Pepe Chedraui era diputado local del PRI y amigo de la infancia de Enrique Peña Nieto. Ahora estos dos personajes que formaron parte de esa estructura de la que tanto habló pestes López Obrador y que hizo que repusieran sus millones de seguidores, ya quieren estar en Morena.
Como son rentables electoralmente hablando, les han abierto las puertas, los van a meter pese al coraje y rabietas de los morenistas de las bases, de aquellos que sí han creído en el proyecto de transformación.
Y están encabronados porque los neomorenistas le han abierto las puertas a estos señores que ni siquiera creían en López Obrador. Que en algún momento pensaron que era un peligro para México.
Por esa razón, yo digo que los obliguen a afiliarse y que los obliguen a esperar años y años para buscar un cargo de elección popular por Morena. Si de verdad creen en el proyecto de la Cuarta Transformación, no tendrán problema en trabajar desde abajo y con lo más básico antes de pensar en un cargo.
Que demuestren que de verdad están por convicción y no solo por la lana o el poder.
MANTENTE AL DÍA CON TODO LO ÚLTIMO EN NUESTRO CANAL DE TELEGRAM
Te puede interesar:
dando clic en el periódico