Más de 30 años como periodista se dice fácil. Es un camino largo que recorrer, una carrera de resistencia, mucha pasión al bonito oficio de informar.
Platicar con las personas que nos anteceden siempre es enriquecedor. No solo escuchas historias, te cuentan la historia. Aprendes contexto, te guían en el arte de la investigación, la información y las conexiones.
En CENTRAL nos embarga una profunda tristeza por el asesinato de nuestro colaborador y amigo Marco Aurelio Ramírez. Un hombre apasionado del periodismo, tanto que tenía 30 años ejerciéndolo.
Le gustaba meterse en esos bajos mundos. Tener información de aquellas personas que tratamos de evitar y de las que queremos no tener información. Sabía los riesgos que corría al vivir en un lugar como Tehuacán, un lugar sin ley.
Marco Aurelio fue asesinado por hacer lo que más disfrutaba en la vida: reportear, investigar, escribir, comunicar. Imaginen todas las historias que contó en esos 30 años de periodista.
Algo que me agradaba mucho de él es que era muy directo. Muy gentil, amigable, tranquilo pero directo. Sabía y conocía las dos caras del periodismo, pasaba por las dos, caminaba por las dos sin miedo, sin recato, sin pena.
Claro. Al menos yo no lo podría juzgar con 30 años de periodismo. Pasar algunos minutos con él charlando era valioso.
En cuestión de 10 minutos te contaba la historia de Tehuacán, de la Mixteca, de los grupos de poder, de los grupos de criminales.
Hoy para mí, perdimos a uno de los grandes. Nos lo arrebataron. Y de la seguridad ya ni hablamos pues hay tantas cosas que no deberían de suceder en este país y en este estado y una de ellas tiene que ver con los asesinatos a periodistas.
Envío un fuerte abrazo a la familia de Marco Aurelio y deseo que se encuentren a los culpables.
Los amantes del poder
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