Beatriz Manríque, secretaria de Medio Ambiente seguramente anda dándose de topes ante el fracaso de la verificación vehicular. El problema es que en realidad el programa lo fue trazando al mismo tiempo en que salía en las ruedas de prensa.
Tuvo tanto tiempo para hacer una estrategia que involucrara hasta una campaña de comunicación, fue el mismo tiempo desde que el exgobernador Miguel Barbosa Huerta anunció que se reaperturarían los verificentros, es decir, más de 2 años.
También cuando se lanzó la licitación pudo haber trazado la estrategia o cuando se empezaron con las pruebas para ver el funcionamiento del estos centros.
Sí, Beatriz Manrique tuvo tanto tiempo para no embarrarla, pero al final no hizo nada, como buen mexicano lo dejó todo al último.
Y ahora ante el tremendo problema anda echando culpas, pues se niega a asumir su responsabilidad. Conforme pasan los días siguen saliendo los problemas y las manifestaciones, ya ha habido en Puebla, Atlixco y si no hace algo, se irán replicando.
Todo el programa tiene fallas de origen. Es más, aprobaron los lugares donde se establecieron los verificentros sin hacer una verdadera evaluación para saber si los sitios cumplían con lo necesario, empezando por el espacio.
Entonces. Los autos entran y salen por el mismo lugar. La entrada funge como salida. Y hablando de espacio, hay verificentros en los que no entran las unidades de transporte público por las dimensiones.
Es más, para que verificaran las unidades de RUTA tuvieron que mover los equipos de verificación a las estaciones. Y es muy complicado, por no decir casi imposible sacar cita para verificar.
Pero por si creían que no eran suficientes problemas, ahora hasta hay venta de hologramas y no, no son falsos; eso es algo de lo que tampoco ha querido hablar de forma clara y transparente la secretaria.
En fin, así las cosas.
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En temas más agradables, quiero felicitar a mi amiga Marisol Calva por su nueva encomienda como asesora de Género en SEGOB.
Sé que logrará incidir en las políticas públicas y en el trabajo de la secretaría porque se hace escuchar, es rebelde y muy persistente. Una gran carta para el trabajo en igualdad de género en Puebla.
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