¡A su mecha Marimar!
Debo confesar que se me hacía Ford cada vez que veía al Sebastián Orozco.
Tiene un algo que llama la atención. Está chacal el muchacho. Pero después de escuchar los relatos de sus exparejas, me quedé perplejo, ni una sola palabra pude emitir.
Resulta que ya tiene todo un largo historial de violentador de mujeres. Lo infiel entre todas las barbaridades que hace, es “lo menos peor”. Los insultos, los golpes, las amenazas de muerte, son aún más preocupantes.
El problema y ahora sí con todo el dolor de mi corazón, quemaré a mi amigo Néstor Camarillo. Pues cómo es posible que teniendo todos estos antecedentes y de los que ya en el PRI son más que conocidos, Sebastián Orozco siga como dirigente municipal del PRI.
Está bien que Sebastián niegue todo lo que hace y se haga pasar por una blanca palomita con sus campañas “feministas” que solo ocultan su verdadera personalidad.
El problema es que un partido político que dice que siempre ha estado con las causas de las mujeres no ha hecho nada al respecto. Vaya ni siquiera ha dicho pío.
Y lo más lamentable es que sus representantes saldrán a decir que es un asunto personal, que el partido no tiene nada que ver.
Empiezo a creer que de verdad los discursos sobre la igualdad, la no violencia hacia las mujeres, solo son eso, discurso porque al menos en los tres partidos políticos más importantes de Puebla hay casos de violencia contra las mujeres.
En el PAN traen el tema con Lalo Alcántara. En el PRI Sebastián Orozco y en Morena el que se me viene a la mente es el de Yasmín.
Entonces, se me hace que solo es una bandera política eso de la inclusión, la igualdad y la lucha contra la violencia política de género.
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