Alguien dio una instrucción y otros también se sintieron con atribuciones para hacer lo mismo. Pero los aspirantes a la candidatura de Morena a la gubernatura se han enfrentado a un envidioso y unos caciques.
Hay un envidioso de los aspirantes de Morena a la gubernatura que no crece. Vendió espejitos, ni en Puebla ni en México le creen y su equipo cada vez está más dividido.
Vaya, aún no es candidato y cada día que pasa se va alejando más la posibilidad de ser el elegido para encabezar la defensa de la 4T en Puebla y sus achichincles ya se están repartiendo los cargos.
Pero este perfil algo envidioso pidió a los alcaldes que no den facilidades a sus contrincantes para que puedan entrar. Que les hagan vacío, que por ningún motivo, razón o circunstancia, permitan que en sus eventos haya gente.
Pero no tiene la suficiente fuerza para impedirlo. Y hay otros alcaldes que son todos unos caciques como Mario de la Rosa en Amozoc que anda amenazando a comerciantes, a morenistas y a todo aquel que se asome si quiera a la ventana para saludar a cualquier aspirante sin su consentimiento.
Ahora los alcaldes también andan prohibiendo que los aspirantes principalmente de Morena a la gubernatura puedan hacer reuniones en sus respectivos municipios porque dicen que son “el dueño de la plaza” y solo ellos pueden decir quién entra y quién no.
Ahí sí, alguien debe garantizar piso parejo para todos. Total, si el envidioso está muy seguro de que quedará, no debería de andar prohibiendo que los demás hagan su luchita.
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