Aunque Facundo Rosas fue detenido por su presunta responsabilidad en el operativo “Rápido y Furioso”, que permitió la entrada ilegal de más de 2 mil armas al país durante el sexenio de Felipe Calderón, la justicia llega para muchas más de sus víctimas que siempre lo vieron protegido por la sombra de la impunidad.
Llega a la familia Martí, luego de que en el 2011 intentó desligarse de una de sus colaboradoras más cercana, Lorena González Hernández, quien coordinó el retén en el que fue detenido Alejandro Martí. “La Lore” era comandante de la PF y él intentó encubrirla.
Llega también para los dos estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y el empleado de una gasolinera, quienes murieron en el 2011, luego de que Facundo Rosas ordenó un cruento operativo para desalojar una manifestación en la que solo exigían que se reanudaran sus clases.
La justicia llega para cientos de víctimas del narcotráfico que también son su responsabilidad, luego de que, en noviembre de 2012, Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, lo incluyó en la lista de funcionarios que recibían dinero y daban protección a los capos de cárteles del narcotráfico.
Llega para las víctimas e Clachihuapan, en Puebla, contra quienes en 2014 implementó un violento operativo para desalojarlas de la autopista Puebla-Atlixco, provocando la muerte del niño José Luis Tehuatlie y lesiones contra nueve pobladores más.
También para sus subordinados cuando fue secretario de Seguridad Pública en Puebla, a los que detuvieron protegiendo a una banda de huachicoleros. Ellos lo señalaron por recibir dinero y brindar protección a los ladrones de combustible, un delito por el que jamás fue juzgado.
El destino de Rosas era la cárcel. Este 27 de enero atropelló y mató a una mujer en la Ciudad de México, iba a salir por tratarse de un homicidio culposo.
Facundo Rosas esperó a que llegaran las autoridades, se subió sin resistencia a la patrulla.
Pero, cuando iba a salir, la Fiscalía General de la República ejecutó una orden de aprehensión en su contra por su presunta participación en el operativo “Rápido y Furioso”.
Cuando salió esposado por la Marina grito que era un “preso político” del presidente Andrés Manuel López Obrador.
No Facundo, las víctimas son otras.
dando clic en el periódico